El Santuario de la Virgen de las Nieves de Gabia la Grande

Introducción.-

Encontrar las raíces del culto de nuestra patrona y de los elementos constructivos realizados para el mismo, convendría cimentarlo sobre algo solido, como la trayectoria histórico-religiosa a través de los tiempos vividos por los habitantes de Gabia Grande en cada época.

Tenemos constancia  por prospecciones arqueológicas realizadas por la universidad granadina[1], que un primer momento ocupacional de esta zona, podría fecharse en el Bronce Pleno (1800-1200 a.c.), periodo que se desarrolla en el Sudoeste peninsular una importante cultura, que recibe el nombre de “Cultura del Algar”, desde la época argárica al menos,  existen evidencias arqueológicas en los entornos más cercanos a nuestra población, del manteniéndose desde entonces, con mayor o menor grado, de un habitad de ocupación  permanente hasta nuestros días.

A menos de quinientos metros del lugar de los descubrimientos agáricos y en las mismas puertas de la población actual, en el camino Hondo y antigua realenga, se encontró en 1920, lo que muchos historiadores[2] han catalogado como un baptisterio paleocristiano de los primeros siglos del cristianismo, aunque  hoy  la opinión está dividida entre los estudiosos, del uso dado al edificio encontrado, en al menos tres tendencias:

Una primera, que sería la que hemos manifestado anteriormente como baptisterio paleocristiano, defendida fundamentalmente por Juan Cabré, que fue el primero en excavarlo sistemáticamente, una segunda, que conjeturan, podría ser que correspondiera a una basílica, por la amplitud de la zona arqueológica aun sin excavar y una tercera que  manifiesta que este área, estaría dividida en al menos tres habitas, uno industrial, otro de vivienda y una más  señorial en la parte baja del área prospectada.

Es una evidencia por lo hasta hoy descubierto,  la existencia de un hipogeo correspondiente a un potente edificio construido entre los siglos II y V d.c., realizado el conjunto en mampostería, revestido interiormente en su día, por mármoles de variadísimos colores que compone un Criptopórtico, con una galería, que  da acceso, a una cámara cuadrada de 4,10 m. por su parte interior., con un ábside  al S. E. Y una escalera de caracol al N. E. y una pila de mármol blanco existente en el centro de la sala, abastecida de agua por una tubería de plomo, que bajaba por el centro de la pared de la capilla.

La galería mide 2,10 m. de ancho por 2,80 de alto y la longitud reconocida en la excavación es de 30,50 m. de largo, no pudiendo precisar si esta continuaba, ni si servía de camino cubierto para entrar en la cámara. En el muro suroeste existen una serie de huecos o vanos de apariencia de ventana, a un metro de altura del suelo, cuyos entre paños varían de longitud, entre 2,30 a 0,80 m. Estas aberturas miden 1,00 por 0,75 m. y presentan un esviaje muy pronunciado en la parte superior, en cuya terminación parte una especie de tragaluz, de sección rectangular por la que entraba la luz verticalmente.

El ábside esta elevado sobre la cámara unos 20 cm., tiene de fondo 1,35 m. por 2,70 de ancho y 2,80 de alto, midiendo esta desde una loseta o placa de mármol del primitivo decorado, que todavía se conservaba en la superficie de la grada en el momento de la excavación. Probablemente en el centro del ábside figuraría el monograma de Jesucristo, un crismón y a él quizá pertenezca una plaquita de mármol triangular de 73 milímetros de lado, en la que se grabo la ypsilon griega.

Por doquier, tanto en la cámara  como en la galería, se encontraban teselas de vidrio de muchas coloraciones, procedentes de mosaicos y placas de mármoles de colores y matices muy variados, acusando multitud de formas y labores. Abundaba mucho la serpentina y otras piedras duras, que si bien pueden ser oriundas de la próxima Sierra Nevada, que tan rica es en canteras de mármoles, personas expertas las han calificado como exóticas. Como hay quien cree que la labor que presentan, acusan también un arte importado. Abundantísimas piezas de opus sectile, que componían figuras humanas y de animales fieros y peces muy variados, grandes hojas de acanto y como roble, todo ello recortado en mármol blanco, grabado como los capiteles y en mayor numero aun elementos florales de caliza blanca: tallos y hojas, pétalos y rosetas; Se encontraron miles de fragmentos de caracteres epigráficos, labrados al estilo de los trabajos de marquetería en piedra caliza muy blanda, tan abundante en las cercanías del monumento.

El propio Cabré en su memoria de finalización de sus trabajos de excavación, en el punto 2º nos dice: “Que fue destruido con anterioridad a la invasión árabe, bien en la irrupción de los bárbaros, o por los mismos cristianos. En el último caso, tal vez, después del concilio de Iliberis, en el que se condenaron ciertas representaciones artísticas de sus monumentos religiosos para no caer otra vez en la idolatría”. Es aventurada la opinión del excelso historiador en este sentido, debido fundamentalmente a la falta de excavaciones en el entorno[3], que clarificarían la amplitud  del mismo y definirían mejor su utilización, las causas de su destrucción.

Siguiendo a Cabré  también sería necesario establecer las conexiones de la Mina del Santo en Monte Vive, con el “baptisterio”, si las hay, esta cuestión ha estado olvidada prácticamente por todos los estudiosos del tema, y sería conveniente retomarla  con ánimo y ahínco, para clarificar la verdad de su relación. Ya Cabré en su memoria, se planteaba la siguiente pregunta ¿La cueva de Monte Vive tiene alguna relación arqueológica con el monumento antes descrito?. Sobre todo, porque el nombre que recibe la galería en Monte Vive es la “Mina del Santo” y conviene buscar una explicación, de por qué los habitantes de estas tierras le pusieron este nombre

Comenzaremos por hacer una descripción  de la Mina del Santo, tal como la describió el propio autor:

“Dicha cueva la constituye una galería de 23 m. de longitud, la cual comunica con una cámara, de unos 3,45 m. de lado y una y otra son semi- artificiales (podemos garantizar hoy, que los dos elementos son realizados por la mano del hombre). La galería presenta una inclinación muy pronunciada y en ella se labro una gradería sobre roca viva, que consta de muchos peldaños que no se pudieron contar. En el lienzo E. de la cámara, aparecen en el centro de ella y junto al techo el esbozo de un busto humano y en el ángulo S. E., una cabeza varonil en relieve con una especie de  corona. Debajo de esta cabeza se labraron dos gradas, en forma de tercio de círculo.

Aunque dicha cabeza es de mal arte, al parecer presenta caracteres que recuerdan un estilo primitivo y tiene cierto aire artístico que no está reñido con el de las esculturas y relieves de las primeras edades del cristianismo en España”. Hasta aquí el relato de Cabré, que como se observa, es demasiado breve y no entra a conjeturar el uso que se le daría a dichos elementos. Como veremos más adelante, trataremos de dar una explicación a las incógnitas planteadas hasta ahora.

Gómez Moreno, M., también escribió un pequeño artículo sobre Gabia La Grande en: Misceláneas, Madrid 1949, Págs.386-389, donde después de realizar una breve descripción del monumento matizando el origen y el empleo de los restos encontrados en su día , lo concluye de la siguiente manera: “No cabe dudar que todo ello responde a bizantinismo exquisito, descollando para acreditarlo su escalera de caracol, tan singular entre nosotros, pero acreditada con las de S. Vidal en Ravena, y otras orientales, por ejemplo, en Daphni. Igualmente, las bóvedas hechas con tubos, los mosaicos parietales y los de piezas recortadas, que constituían labor en extremo complicada y preciosa. Ahora bien, si todo aquello correspondió a una villa espléndida o a edificio religioso, parece temerario decirlo, y lo lamentable es que la exploración quedase reducida a términos tan escasos, cuando seria definitivo acometerla en el nivel superior, donde hubo de alcanzar gran amplitud el edificio. Este mismo autor nos indica que, al igual que la pila de mármol blanco, lo es también de este mismo material el solado de la capilla, su zócalo y el de cripta. Además nos dice que, las dos chapas de mármol blanco de 0,53 m de ancho, aparecen grabadas con aspecto de capiteles de pilastras corintias. De mosaicos nos indica, que uno apareció puesto con escayola en la pared a un metro del suelo, con teselas de vidrio, en que predominan colores azul, amarillo y verdoso, muy desiguales.

Nuestra opinión, desde la prevalencia del relato histórico, (sin tener en cuenta los graves inconvenientes que con el estado actual de las excavaciones realizadas tenemos para clarificar con exactitud el uso del conjunto y su amplitud), es que se trata de un templo cristiano, utilizado hasta el siglo XII y el Criptopórtico excavado constituiría una parte del mismo, donde creemos que en el ábside estaría el sarcófago de un santo varón de la iglesia. Decimos esto, porque existen varios relatos que cuadran perfectamente con la ubicación geográfica de este Criptopórtico y la tumba de un santo en cierto monte de esta zona, donde se habría trasladado el sarcófago, con ocasión de la huida de los cristianos a Castilla, en época de Alfonso I el Batallador (1125).  Aunque desconectados entre sí y de distintas épocas y autores,  encajan estos escritos para conjeturar lo que estamos indicando.

Existe otro elemento capital para conocer el desarrollo del poblamiento de Gabia la Grande. En el centro del pueblo, en la plaza del Fuerte, existe lo que se le llama el Torreón[4], de 15 metros de alta (originariamente tenia 20m.) con aspecto exterior muy poco vistoso, pero ricamente decorada interiormente en yeserías al estilo de las existentes en la Alhambra.

Francisco Henríquez de Jorquera en su libro Lugares de la vega de Granada, al hablar de Gabia dice: «Habitanla cuatrocientos vecinos en una parroquia, dos ermitas, diócesis de Granada: fue fundada por los Godos, según indicios de su castillo….”

Está muy extendido el convencimiento entre los escritores modernos,  que fue Muhammad III, (1301- 1308) quien mando edificar esta torre, como una de las cinco que construyo en los alrededores de la vega granadina. Pero con ocasión de las reformas efectuadas recientemente para su restauración, podemos apreciar la existencia de decoraciones anteriores a la época musulmana, o al menos, a la fecha de datación convencionalmente  aceptada en la actualidad. Se han encontrado entre otros, frisos antiguos en la parte alta de las paredes, con dibujos de hojas de acanto y un caballo pintado en forma de galope, lo que nos indicaría que existía la Torre con anterioridad a la época musulmana plena, donde este tipo de representaciones estaban prohibidas.

La Torre de Gabia fue declarada Monumento arquitectónico artístico por R.O. de 6 de Julio de 1922, junto entre otros monumentos granadinos como: El Alcázar Genil, El Puente de Pinos, las murallas del Albaicín y de la Alcazaba.

Es más que probable que esta fortaleza tenga relación con las descripciones que hacen los Libros de Hábices de la Iglesia de Granada, cuando citan Balat al-Gadir[5] en 1505, al definir las fincas y heredades de Gabia la Grande (anotación 192) se lee lo siguiente: “Otra haza en Gaviar, tienela Gonzalo Al-Bergi, de Gaviar la Chica de dos marjales en Balatalgadir, esta arrendada en noventa maravedíes al año”. Como podemos apreciar, el escrito se está refiriendo a donaciones realizadas y anotadas muchos siglos antes, que se  transcribían con ocasión de la donación realizada a la Iglesia granadina por los Reyes Católicos.

También conocemos que esta edificación que actualmente contemplamos, fue  la torre de homenaje de una alcazaba de mayor envergadura, que se mantuvo en pie hasta la conquista del Reino de Granada. Los decorados en yeso, que se mantienen en la actualidad, casi exclusivamente en los arcos de las “alhanias” en los tramos de escalera entre plantas y en algunas paredes de la torre. Se observan al menos tres tipologías de yesos, que corresponderían a otras tantas épocas de aplicación. Destacan las inscripciones en lengua árabe, por su calidad, antigüedad y belleza.

La historia del Santuario de la Virgen de Las Nieves de Gabia.-

Además del relato anteriormente citado por Jorquera, donde nos indica que existían dos ermitas en el Pueblo de Gabia.

Conocemos por libros de Hábices de las Iglesias de Granada[6], de 1503, referente a Gabia la Grande, donde nos indican que en esta población existía “una rabita que estaba vacía y que en ella vivía una negra de por Dios”. Este ultimo hecho de que vivía una negra de por Dios, representa una paradoja que se ha mantenido históricamente, según las noticias que disponemos sobre este particular, atestiguan siempre ha vivido una ermitaña al cuidado del templo, hasta la fecha actual, que tiene el encargo la congregación de monjas Agustinas Recoletas.

El otero donde está asentada la Ermita, es un lugar desde donde se divisa perfectamente el cruce de caminos ancestrales que existía en lo que llamamos el Baptisterio y gran parte del recorrido de los mismos. De esta manera, se materializaría como punto estratégico para otear y divisar a los viajeros, lo que daría permanencia en dicho lugar a  eremitas y adquiriría con ello, sus señas de identidad y de espiritualidad este lugar.

El santuario es hoy es una pequeña iglesia barroca con planta de cruz latina, donde se vislumbran, al menos, tres etapas  constructivas, además de múltiples modificaciones, tanto internas como externas.

Una originaria, donde se asienta el camarín de la Virgen y la habitación adosada al mismo, por donde hoy se entra a éste y que hace las veces de  sacristía,  de difícil datación, si tenemos en cuenta los elementos arquitectónicos presentes, tanto externos como internos (algunos de ellos hoy desaparecidos o disimulados por la gran cantidad de alteraciones realizadas a través del tiempo). No quiero dejar de relacionar al respecto de la clarificación de las fechas de datación,  los datos históricos conocidos, como hemos reseñado anteriormente, sobre todo el recogido en el libro de Hábices de las Iglesias de Granada de 1503, que cita la existencia de una rabita en Gabia la Grande en esas fechas  y que además ya estaba abandonada desde el punto de vista religioso y ocupada, por una negra pordiosera,

Otra etapa la representa el crucero y la parte más amplia del templo que, sin lugar a dudas se realizó en el siglo XVII, creo que con posterioridad al 1611 y más que probable estuviera construido antes o durante el 1615,  (que es cuando se hace el encargo de  la imagen de la Virgen de Las Nieves) que corresponde a todo el cuerpo central del edificio. Aunque creemos que durante dodo ese siglo y el siguiente, se seguiría realizando la decoración más antigua.

Y una tercera, que comenzaría sobre el 1835 y se acaba en 1883, constituida por el frontal de la Ermita y la torre campanario, adosada a la portada del templo para  hacerla más esbelta, ya que la anterior edificación solo contaba con una pequeña  espadaña encima de la entrada, con una campanita en la misma, como se aprecia en la pintura de 1830.

Elementos decorativos del interior del templo.-

Entrando en la ermita, bajo el coro, encontramos a cada lado de la nave sendas hornacinas con bustos del Eccehomo y la Dolorosa. Son rostros de buena factura del siglo XVIII, de estupenda policromía y estofado.

Adornan la nave un Apostolado de imágenes de barro cocido de regular ejecución  que creemos son de la misma fecha de las anteriores. A lo largo de la misma corren un friso de tipo clásico, con bucráneos, triglifos y angelotes sobre pilastras simuladas de estilo dórico.

La nave está cubierta con bóveda de medio cañón sobre lunetos delimitados por molduras de yeso doradas. Es muy curioso el conjunto de escenas y símbolos que se han representado en estos lunetos por el interés que tienen al estar relacionados con la simbología de la Virgen, como son: Estrella de la mañana, Arca de la Alianza, Custodia de Cristo, Lirio de los Campos, Rosa mística, Relicario de Dios, Escala del Cielo y Nave de Salvación. El techo de nave muestra una pintura celestial que encabeza la paloma simbólica del Espíritu Santo y está adornada por dos rosetones con la flor de la patata y la granada y múltiples angelotes representados de medio cuerpo o de cuerpo entero con instrumentos musicales en actitud de usarlos.

El corto crucero, está cubierto con una cúpula de tambor, con  cuatro vanos perforados y otros tantos cegados adornados hasta la última restauración, con lienzos representando a los Arcángeles san Rafael, san Gabriel y  san Miguel junto al Ángel de la Guarda. Esta cúpula está dividida en ocho cascos entre los cuales hay motivos de mascarones y chicotes de  cuyas bocas cuelgan símbolos marianos: Trono de la  Sabiduría, Cedro del Líbano, Torre de marfil, Luna, Arca de la Alianza, Palmeras de Cadés, Torre de David y el Sol. El anillo de la cúpula se apoya sobre unas pechinas cuyo centro ocupan pinturas de san Idelfonso, san José, san Antonio y un santo diacono, que a mi entender, son las de mayor calidad de todas existentes en este santuario.

A un lado y otro del crucero, vemos pinturas al temple, representando al cordero pascual y la exaltación de la cruz. De más calidad son las representaciones de los evangelistas: Mateo y Lucas a un lado y Marcos y Juan al otro. En las lunetillas del mismo, hay otras pinturas de símbolos marianos, en una de las cuales se reproduce la Ermita y un grupo de personas que suben en ella en procesión. Se completa el adorno de estas partes, con rosetones y unos apliques sobre las ventanas.

Con  ocasión de la última restauración de la Ermita, al descolgar uno de los lienzos de los vanos opacos de la cúpula del crucero, precisamente el que ocupaba el arcángel san Gabriel, por un cuadro de J, Oliver, fechado en 1862, que tapaba una pintura más antigua y de mejor calidad. Este hecho nos puede dar las pistas para datar convenientemente los elementos ornamentales y sobre todo las pinturas murales.

Cabria distinguir al menos tres etapas en el proceso de decoración del templo, que coincidirían con las tres épocas históricas en el desarrollo constructivo y devocional del mismo.

Una primera y originaria del barroco tardío, entre mediados y finales del siglo XVII, cuando se construye el crucero y la nave principal de la Ermita, dotada con la ornamentación de más bella factura y de mejor calidad, representada por la imagen de la Virgen de las Nieves, las cuatro pinturas de los evangelistas existentes en el crucero, el altar mayor (aunque este último, bien podía ser de principios de la segunda etapa) la pintura de la puerta del Sagrario y algunas imágenes del templo.

 Una segunda etapa, sin duda la más importante en todo el desarrollo ornamental, que debe extenderse entre los años 1730[7] y finales del siglo XVIII, coincidiendo con la petición del nombramiento de la Virgen de las Nieves como patrona. Es cuando se realiza la mayoría de la decoración existente hoy, sin lugar a dudas la que mejor la representa es la ornamentación del Camarín de la Virgen y su posicionamiento sobre elevado respecto del templo,  las pinturas de las cúpulas y la mayor parte de la decoración de la nave principal.

Una tercera que coincidiría con la construcción de la torre, de finales del siglo XIX, que estaría representada por las pinturas de los lunetos, como el existente donde se representa la propia Ermita con su torre ya construida, que son de inferior calidad a las dos etapas anteriores.

Conocer los autores de estos elementos decorativos será tarea de investigación futura.

En los altares del Resucitado y San Antón tenemos unos retablillos de la segunda mitad del siglo XVIII, con unas imágenes muy interesantes.

En el presbiterio nos encontramos un retablo barroco muy clasicista con cuatro medias columnas de yeso de fuste estriado con capiteles corintios adosados a pilastras sobre las que se dispone un entablamento en el que destaca un friso ricamente adornado con guirnaldas de frutas y flores. Lleva un ático con la representación del calvario completado con dos roleos laterales. Y coronándolo todo una representación del Padre Eterno. Creo que con posterioridad se le añadió la decoración de madera con espejuelos de la abertura que conecta con el camarín, conjugando con la ornamentación que éste tiene en su interior y que es claramente de estilo rococó. En los lunetos de la bóveda de la cabecera de la iglesia se disponen unos jarrones en relieve con azucenas, símbolos de virginidad y pureza, debajo de los cuales,  a un lado y otro, hay pinturas bíblicas acomodadas a la simbología de Virgen. Se completa el adorno con la representación en la bóveda del Cielo, con múltiples ángeles entre nubes y en el centro un motivo en relieve dorado.

En conjunto el artista plasmó muy bien la función de la Virgen en el programa de la Salvación, proyectando con acierto en tres planos la obra: abajo el pueblo que ora, arriba Dios Creador y Salvador y debajo Cristo crucificado; en medio de la Virgen como intercesora y abogada nuestra y medianera de todas las gracias.

En los brazos del crucero encontramos las imágenes de San Sebastián, patrón de Gabia la Grande, Santa Lucia, una  talla graciosa y de muy buena factura, San Antón y el Resucitado.

La sacristía es una habitación rectangular adosada  al camarín de la Virgen por donde es obligatorio pasar si se desea entrar a éste. Dispone de   elementos propios de su función. Pero cabria destacar un pequeño lavabo en piedra, cuya eficacia hoy se nos antoja  imposible, quizás en otro tiempo llevara anexo un pequeño deposito, donde albergara el agua tan necesitaría para sus fines

El camarín  de la Virgen es la pieza más interesante y bella de todo el santuario, sorprende al visitante por el conjunto armónico de su espacio, la iluminación de sus detalles, el recogimiento y disposición del decorado. Se asemeja al de la Virgen del Rosario de la Iglesia de Santo Domingo de Granada. Esta cubierto con cúpula y cupulinos. Los rectángulos de los vanos, las pechinas y otros huecos rellenos de hojas pellejas y trazos dorados que estiran los abundantes espejuelos, dan una perspectiva de profundidad, muy propio del barroco tardío. Las guirnaldas con flores campestres y cortinajes,  refuerzan la teatralidad de este estilo. Así mismo en la cúpula, las pinturas de los ángeles con instrumentos musicales tocando a la Virgen expresan la idea unificadora de todas las artes del Barroco. Resulta muy interesante el anillo de la cúpula, con sus ocho angelotes, espejitos y guirnaldas. El Camarín es sin duda, el santa sanctórum de la Ermita.

La última restauración del santuario, comenzó a finales del mes Agosto de de 1999, donde se reparo los defectos constructivos habidos por el trascurso de los años, en la cúpula central del crucero y el brazo izquierdo del mismo, para corregir el deterioro de la cubierta  y evitar la entrada de agua al templo. Además se realizaron los trabajos encaminados a repintar las maderas doradas y policromadas, también a mejorar y afianzar los murales existentes sobre yeso y a poner el templo en un estado envidiable, de belleza y esplendor y mejorar con acierto, el tesoro que para todos los gabirros y habitantes de los pueblos cercanos, representa la Ermita.

La devoción a la Virgen de las Nieves.-

 Para los gabirros, el relato que narro a continuación, aporta luz y aclara la   gran cantidad de leyendas que han circulado por nuestro pueblo, en diferentes versiones, que trasmitían las narraciones orales que originaron la devoción y entronización de la Virgen de las Nieves como patrona de Gabia la Grande. Algunas, sin duda, estaban contaminadas por otras ajenas a estas tierras, pero sirvieron para engrandecer y justificar el gran fervor que ha habido siempre por esta advocación mariana.

Nos cuenta Francisco Hernández  de Jorquera en su libro “Anales de Granada” (pag.573-574) que “El 5 de Agosto de 1611 día de Nuestra Señora de las Nieves por la tarde, se levanto un grandísimo torbellino y tempestad de agua y piedra en la Vega de Granada, que duro poco más de media hora, el cual hizo muchísimo daño en las heredades, huertas y otras haciendas del campo, dejo destruidas las viñas de su término y olivares, fue dañado de tal manera, que no se cogió vino ni aceite en el dicho lugar y para memoria de tan grande inundación los vecinos hicieron votos y promesa unánimes de guardar y festejar por siempre jamás este día.” El párrafo anterior nos aclara históricamente el inicio de la devoción a la Virgen de las Nieves en estos entornos.  También señalar, que precisamente en los meses de abril y mayo del  mismo año, el Rey Felipe III dictó tres decretos de expulsión de los últimos moriscos de estas tierras.

Supongo que entre el suceso de 1611 antes narrado y el 25 de mayo de 1615 en que se encargó la talla de la imagen de la Virgen al escultor granadino Bernabé Gaviria por el alcalde ordinario Luis Sánchez de Castro debió adoptarse un acuerdo que estaría documentado en un acta municipal de la asamblea celebrada en la iglesia de Gabia la Grande.

A falta de ésta, la trascripción literal del contrato de encargo de la imagen me permite acreditar la voluntad  manifestada aquel día por los habitantes de Gabia. En él también se exponen las condiciones generales de la talla exigidas al artista, para que nos demos cuenta de lo medido y estudiado que estaba el tema y cómo sabían perfectamente la imagen que querían. El resultado fue la bella y majestuosa talla de nuestra patrona.

“En la ciudad de Granada, en veinte  y cinco días del mes de mayo de mil y seiscientos i quince años. En presencia de mí, el escribano y testigos ynfra escriptos, pareció Bernabé de Gaviria, escultor, vecino de esta ciudad, a señor San Gil. Y dixo que él esta combenido y conçertado con Luis Sánchez de Castro, vecino y alcalde hordinario de la villa de Gauiar la Grande, de hacer una hechura de ymaxen de la adbocaçión de Nuestra Señora de las Niebes. De çinco palmas en alto y tres dedos de peana. A el modelo de la ymaxen de Nuestra Señora de la Antigua, que está en el conbento del señor San Agustín, de esta ciudad, en la capilla de don Francisco del Castilla, veinte y cuatro de esta ciudad. El manto de la dicha imaxen de blanco contrahecho. Una Tela rica raxada y una orilla de barios colores, alrededor del manto y la  saya rosada con una labor abierta.

Y el niño aunque está desnudo en la dicha ymaxen, a de ser bestido de la misma escultura, la morada sobre el oro, con sus labores. Y en lo que toca a la imaxen a de ser de altura que de suso se contiene. Y en todo lo demás ha de  ser conforme a la hechura de la dicha ymaxen que esta capilla del dicho don Francisco del Castillo. A contento y satisfacción de dos oficiales que entiendan de lo suso dicho, nombrados por cada parte el suyo. Y la a de dar acabada, en fin de mes de Julio de este presente año, de escultura y toda pintura,  y bien hecha y acabada, en entera perfeçión a bista de todos los ofiçiales.

Por razón de lo qual, el dicho Luis Sánchez ha de dar y pagar treinta y sei ducados, pagados en esta forma: diez ducados dentro de quinçe días primeros siguientes contados desde oy, dicho dia. Y los veinte y seis ducados restantes el día que aya acabado la dicha ymaxen. Por tanto en la mejor que a lugar de derecho se obligó de haçer la dicha ymaxen y darla  acabada en todo el dicho tiempo referido de suso y por el preçio que de suso se contiene. Y si no diese acabada la dicha ymaxen para el dicho tiempo, que a de  ser en fin del mes de julio de este año, el dicho Luis Sanchez de Castro  le a de poder executar y apremiar por los daños que se obieren causado en lo suso dicho y por el dinero reçivido con su juramento o quien fuere por él parte en que lo dexa diferido deçisorio desde luego sin otro recaudo alguno y a ello obligo su persona y bienes abidos e por aver.

Y estando presente a lo que ésta referido de suso el dicho Luis Sánchez de Castro, vecino y alcalde hordinario de la dicha villa de Gaviar la Grande, aceptó la dicha escritura en su fabor y se obligó de dar y pagar a el dicho Bernabé de Gaviria o a quien por el fuere parte los dichos treinta y seis ducados por dicha hechura de la dicha ymaxen de Nuestra Señora de las Niebes que ha de ser de la hechura y forma que de suso se a espresado. Los quales les pagará los diez ducados dentro de los quince días contados desde oy día y los veinte y seis ducados para el día ultimo del mes de julio que aya dado acabada la dicha ymaxen en esta ciudad  a su costa  con las de cobrança. Y no le pagando la dicha cantidad luego que aya acabado la dicha ymaxen, le pueda executar y apremiar con este contrato y su juramento o quien por el fuere parte en que lo difirió deçisorio, desde luego sin otro recaudo alguno. Y a ello obligó su persona y bienes abidos y por aver y anbas partes por lo que a cada uno toca dieron poder a la justicia de su majestad de qualquier parte para que les apremien a lo que esta dicho como por sentençia pasada en cosa juzgada. Renunçiaron las leyes y derechos de su fabor y la que proibe su general renunçiaçión de ellos. Y los otorgantes segun dicho es y lo firmaron de sus nombres. Siendo testigos a ello Juan de Gaviria, hijo del dicho Bernabé de Gaviria, y Láçaro perez, oficial del suso dicho, veçinos de esta çiudad, y Pedro Ximenex, veçino de la villa de Gaviar la Grande. E yo el escrivano doy fe, conozco los otorgantes.

 Luys Sánchez de Castro (firmado y rubricado).

 Bernabé De Gabiria (firmado y rubricado).

 Ante mi Domingo Velarde, escribano, (firmado y rubricado).

 Sin derechos y de ello doy fe.”

Pero no fue hasta el año 1747, ciento treinta y seis años después de este hecho, cuando solicitaron a Roma las autoridades gabirras que fuese declarada patrona de Gabia la Grande. El vigesimoquinto arzobispo de Granada, Pedro Antonio Barroeta y Ángel, la declaró patrona del pueblo el seis de mayo de 1770 y vista la solicitud anterior y la mucha devoción que se le profesaba, fue confirmada el 23 de marzo 1774 por bula del Papa Clemente XIV, como podemos apreciar, Roma tardaría 27 años en contestar.

Trece años antes, el 15 de enero de 1761 el Santo Padre Clemente XIII concedió bula con indulgencias plenarias a los cofrades de la Virgen, cuya trascripción se recoge a continuación, y que pretende ser fiel reflejo, de la copia  existente en un cuadro a la entrada de la Ermita por su puerta principal, a mano derecha.

“BULA PAPAL: 1761[8]

Nuestro Santísimo Padre Clemente XIII

Por su Bula de 15 de Enero de 1761, ha concedido a la Hermandad de Nuestra Sra. de las Nieves, de la Villa de Gabia la Grande, las Yndulgencias siguientes:

Primeramente a los Fieles Penitentes y Confesados entraren en dicha Hermandad, el día de su entrada si recibieren el Santísimo Sacramento de la Eucaristía y a los mismos Cofrades, ahora y en todo tiempo existente, si penitentes y Confesados recibieren la Sagrada Comunión si pudieren, o a lo menos contritos en la agonía de la Muerte, imbocar devotamente, el piadoso nombre de Jesús, con el corazón, si con la boca no pudieren, o dieren otra señal cualquiera de penitencia, le concede su Santidad Yndulgencia plenaria y remisión de todos sus pecados.

Ytt- El día 5 de Agosto, desde vísperas primeras, hasta poner el sol de dicho día, en cada un Año, a los hermanos que devotamente visitaren la Hermita de Nuestra Sra. de las Nieves y rogaren a Dios por su Exaltación de nuestra Madre Iglesia, extirpación de las erejias, conversión de los Infieles, paz y concordia de los Príncipes Cristianos y por la salud del Romano Pontífice, que es o fuere en dicho tiempo, Su Santidad les concede Yndulgencia Plenaria y perdón de todos y cada uno de sus Pecados.

Ytt- Concede Su Santidad a dicha Hermandad y a cada uno de sus hermanos, verdaderos penitentes y Confesados y haviendo comulgado, estando la referida Hermita, en el día de la Asunción de Nuestra Señora= el día del Dulce Nombre de Maria= el Viernes de los Dolores= y el día de la Purísima Concepción desde las primeras vísperas de dicho día, hasta el poner del Sol, haciendo Oración por la exaltación de Nuestra Santa Madre Iglesia, en la forma que arriva se expresa, siete años y otras tantas cuarentenas de perdón.

Ytt- A los mismos hermanos por cada vez que asistieren a la Misa y Oficios Divinos, que en dicha hermita se celebran, y según la costumbre de los cofrades, se han de celebrar= O asistieren a las juntas públicas o secretas de dicha Hermandad= por cualquiera piadosa obra que hayan de ejecutar= o asistieren a las procesiones ordinarias o extraordinarias, así de la dicha Hermandad como otras cualquiera= o acompañaren los entierros de los defuntos= o cuando sale el Santísimo Sacramento a los enfermos lo acompañaren o si están impedidos de asistir= si cuando oyendo la señal de la campana que avisa sale su Majestad, se incaren de rodillas y rezaren un padre nuestro por el enfermo o enferma= o ospedaren a los Pobres Peregrinos= o les dieren limosnas= o ayudaren con otros piadosos oficios= o hicieren pazes entre los enemistados propios o extraños= o redujeren algún extraviado camino de la salvación= o enseñaren a los ignorantes al Decálogo, y a las cosas necesarias para la salvación= o rezaren cinco Padres Nuestros por las Animas de los Cofrades Defundos y últimamente exercitaren alguna obra de Misericordia de las Espirituales o Corporales, todas las veces que practiquen alguna obra piadosa de las referidas, por cada una les concede Su Santidad a dichos hermanos sesenta días de perdón de las penitencias debidas por sus pecados.

Para ello han de tener la Bula de la Santa Cruzada.”

Conviene distinguir la devoción religiosa a la Virgen de las Nieves, de su nombramiento como patrona, sobre todo porque anteriormente a las fechas señaladas, Gabia la Grande, Gabia la Chica, Cullar, Churriana y otros pueblos comarcanos tenían como patrona a la Virgen del Rosario. Quizás este hecho explique el retraso en más de 100 años, la petición de su patronazgo.

Nos apoyamos en los siguientes hechos para afirmarlo:

La patrona de Gabia la Chica, Hijar y Cullar es actualmente la Virgen del Rosario, (también lo fue de Churriana) como ya se ha dicho y en ese tiempo, desde la Bula de constitución de las Iglesias de Granada en 1501 todas esas poblaciones más Ambroz,  estaban reunidas en una única parroquia, la de Gabia la Grande. El cambio producido en nuestro pueblo, no se realizo en el resto de poblaciones, que si conservan su tradición de veneración a la virgen del Rosario. Según la tradición trasladada via oral por los mayores y por documentos de la cofradia, antiguamente la festividad de la patrona de Gabia se celebraba en octubre,  coincidiendo estas fechas, con la festividad el siete de ese mismo mes de la Virgen del Rosario.

Podemos preguntarnos por qué se inició en nuestro pueblo la devoción a la Virgen de las Nieves y no en otras poblaciones cercanas  dependientes de la misma Iglesia de Gabia la Grande. Creo que la razón habría que buscarla en el origen de algunos de los repobladores y cristianos viejos de Gabia, que eran oriundos de la provincia de Cádiz y más particularmente de  Arcos, en concreto, los hermanos Ponce de León, Mariana y García, residentes en nuestro pueblo constatado en 1570[9], pero que sin duda, vivía en Gabia su familia, con anterioridad a 1492.

Respecto de la devoción a la Virgen de las Nieves en Dílar, conocemos una historia parecida a la nuestra, aunque muy posterior, casi coincidiendo con las fechas de petición de patronazgo en Gabia, según la leyendas del siglo XVIII, le ocurrió al párroco del pueblo de  Valor en las Alpujarras, durante la travesía de Sierra Nevada, viajando a Granada, un cinco de agosto que se salvó milagrosamente de una fuerte tormenta, por lo que costeó la construcción de la ermita vieja a la Virgen de las Nieves de ese pueblo.

Una muestra de la devoción que  se ha tenido a la Virgen de las Nieves y su santuario en Gabia Grande, es la relación de las indulgencias concedidas por varios Arzobispos y Obispos[10] cuyo literal dice lo siguiente:

“Primeramente:

El Excelentísimo e Ilustrísimo Sr. Don Tomas de Roda y Rodríguez, obispo de Menorca, por su decreto de 20 de Julio de 1.856 concede 40 días de indulgencia, a todos los fieles por cada vez que devotamente rezaren una Salve o Ave María, ante la sagrada Imagen de Nuestra Divina Madre la Santísima Virgen María, que bajo la adoración de las Nieves se venera en la Ermita de Gabia Grande, dirigiendo dicha oración a pedir por la exaltación de nuestra Fe Católica, extirpación de las herejías, paz y concordia entre los Príncipes Cristianos y conversión de los pecadores.

Itt- del mismo modo, el Excelentísimo Sr. Don Salvador José de Reyes, Arzobispo de Granada, por su decreto de 3 de Septiembre de 1857 concede 80 días de indulgencia a todos los fieles por cada vez que devotamente rezaren una Salve, cada día del Santísimo Rosario, o la Letanía ante la Imagen de Nuestra Sra. de las Nieves, que se venera en su Ermita de Gabia la Grande; asimismo, concede otros 80 días por cada uno de los que asistan al mes de María, a la Salve que se canta los sábados, o hicieran visitas a favor de la Santísima Virgen en dicha Ermita; pidiendo a Dios por las señas arriba expresadas.

Itt- Del mismo modo el Excelentísimo e Ilustrísimo Sr. Don Tomás Roda y Rodríguez, obispo de Jaén, por su decreto de 4 de marzo de 1858, concede 40 días de Indulgencias, a todos fieles por cada día, que rezaren una Salve o Ave María, o participen algún acto de piedad o devoción ante la Sagrada Imagen de María Santísima de las Nieves que se venera en su Ermita de Gabia la Grande; otros 40 días a todos los fieles, que asistan a las funciones o actos religiosos que se celebraran en la referida Ermita, en honor de Nuestra Señora, y otros 40 días a los que ayuden al culto, que a la misma Imagen se le rinda, pidiendo a Dios por los fines anteriormente expresados.

Itt- Del mismo modo, el Ilustrísimo Sr. Don Andrés Boseles y Muñoz, Obispo de Jaén, por su decreto de 6 de Junio de 1.859 concede 40 días de Indulgencia a todos los cristianos que devotamente rezaren una Salve o Ave María ante la Imagen de Nuestra Sra. con el titulo de las Nieves que se venera en su santuario, situado en Gabia la Grande, pidiendo a Dios por los fines arriba expresados. (Siendo esta la primera vez que tenemos constancia documental, de que la ermita de Gabia se le designa como santuario)

Itt- Del mismo modo el Excelentísimo e Ilustrísimo Sr. Don Antonio María Claret, Arzobispo de Cuba, por su decreto de 15 de Diciembre de 1859, concede  a la Santa Imagen arriba citada, 80 días de Indulgencia, del modo y forma que las ha concedido el Prelado de esta Diócesis.

Copiado por Francisco Sanz Muñoz en el año 1859.”

El escrito anterior  está recogidos en un cuadro que existe en la sacristía de la Ermita y con  la trascripción  literal que he expuesto más arriba, podemos apreciar cómo a mediados del siglo XIX se levanta una ola de concesiones de indulgencias, que, a mi entender, fue propiciada por el arzobispo de Granada y, en última instancia, es consecuencia de la Bula del Santo Padre Pio IX Inneffabilis Deus, del año 1854,  por la que se convertía en dogma de fe, la creencia en la Inmaculada Concepción de la Virgen María, exenta de pecado original por su condición de madre de su todo poderoso Hijo. Y aunque nuestra Virgen de la Nieves no tenga esta advocación, sí  es palpable que la iconografía de la imagen se asemeja a la de aquella. Es más, la luna creciente de plata que se dispuso a sus pies es claramente el símbolo de la Inmaculada.

También podemos resaltar  que en esas fechas Gabia la Grande era una de las poblaciones más importantes de la Vega granadina y nuestra Virgen tenía una gran devoción comarcal, razón por la que estaría presente en todas estas manifestaciones eclesiásticas religiosas provinciales.

Queda de manifiesto en los decretos de los prelados, al omitir una referencia  clara a los hermanos de la Virgen de las Nieves y a su Hermandad, la pérdida de importancia de esta organización respecto a la de los siglos anteriores y a mi entender, así seguirá con esta atonía cofrade hasta finales del siglo XX, cuando se reactiva con mucha fuerza y será lo que hoy es, una institución pujante devocionalmente, que representa los pilares de la manifestaciones religiosas, é impulsa la búsqueda de las aportaciones económicas necesarias para realizar o financiar las mejoras artísticas, que han engrandecido tanto a la imagen de la Virgen como a su Santuario. Entre las más importantes cabria destacar la adquisición del magnífico trono para las procesiones y sus adornos complementarios y muy especialmente, la restauración y decoración de la Ermita realizada a finales de los años noventa.

Con esta última acción, se ha conseguido una estancia para la Virgen muy bella, que es el orgullo de todos los gabirros, por el conjunto artístico tan armonioso que ha resultado, mejorando la situación anterior, cargada de abandono de años.

Como un elemento más de la devoción que manifiestan  los habitantes del pueblo a la Virgen y a su Santuario que la acoge, encontramos multitud de poesías y escritos, donde nos narran sentimientos y pareceres de lo que para ellos representa.

Para muestra recogemos las siguientes poesías, escritas por el que fue maestro de García Lorca, Antonio Rodríguez Espinosa que adjuntamos seguidamente su retrato:

 

Rosario de la Ermita.

Hacia la Ermita camina

una humilde caravana

de abuelitos encorvados

con la abrumadora carga

de los años, que es, sin duda

de todas, la más pesada.

Con paso lento e inseguro

suben por las cuestas áridas

que hasta la Ermita conducen

desde la villa de Gabia

Hay en torno a la ermita

una pequeña terraza

ceñida por recios muros

hacia la Vega orientada

donde los viejos celebran

sus sesiones cotidianas,

recibiendo las caricias

amorosas y templadas

del sol, que de rosa tiñe

las cumbres de Parapanda

………………….

El coloquio de los viejos

viene a cortar la campana

llamando al santo rosario

con vibraciones metálicas

Se suspende la sesión;

Los ancianos se levantan,

Y hacia el templo se encaminan

En donde la sacristana

Impaciente los espera

Para empezar la plegaria

Cuando termina el rosario

los abuelos se separan

y se despiden diciendo:

“Si Dios quiere, hasta mañana”

¿Quién sabe si al día siguiente,

cuando toque la campana,

subirá alguno la cuesta

para nunca más bajarla?[11]

 

 El Castillo de Gabia[12]:

Hoy es día de regocijo,

hoy repican las campanas,

porque mañana es el día

de la patrona de Gabia.

Parece el pueblo una novia

vestida de ricas galas,

todas las calles tan limpias,

todas las casas tan blancas.

Ya la música ha llegado,

es la música de Cádiar,

la que gano el primer premio

en el concurso de bandas

con la marcha del profeta,

que goza de tanta fama.

Un enjambre de muchachos

llenos de entusiasmo danzan

dando brincos de alegría

alrededor de la banda

Esta noche es el castillo,

se quemara en la explanada

que existe frente a la Ermita,

el relicario que guarda

a la Virgen de las Nieves

que es el ídolo de Gabia.

Con artísticos dibujos

de luces policromadas

y con ramas de laurel

esta la Ermita adornada.

Los mercaderes que acuden

a fiesta tan renombradas

se instalan junto a la cuesta

que pronto se ve poblada

de los puestos más diversos

de garbanzos torrefactos

acerolas, azufaifas,

las peladillas de Alcoy

aguardiente de Cazalla,

rico turrón de Jijona,

gaseosas variadas.

Un tropel de regalejos

con botijos de la Rambla

pregonando a grandes voces

¡Agua….! ¡Quien quiere agua!

Parece la cuesta el zoco

de una Kabila africana.

Al oscurecer empieza

el bullicio y la algarabía;

se desborda el entusiasmo;

los cohetes, las campanas,

la música los pregones,

las rizas las carcajadas

de la alegre juventud;

son los perfumes que exhalan

estas fiestas pueblerinas

tan frecuentes en España.

Los mozos amartelados

piropean a las muchachas

del lugar y forasteras

que acuden ataviadas

con las prendas más valiosas

y las más ricas alhajas.

Entran a ver a la Virgen

y a rezarle una plegaria;

después a ver el castillo

de los cohetes y las palmas

anuncian que va empezar

con sus luminosas ráfagas

de los más vivos colores.

Al encender las véngalas,

parece que las estrellas

están derramando lagrimas.

¡Hay que rueda tan bonita!

Parece fuente que mana

hojas de fuego brotando

de una volcánica fragua,

piezas que se compone

la artística luminaria.

La pieza más importante

es la central, dedicada

a la Virgen de las Nieves,

la joya más apreciada

por los hijos de mi pueblo

que la llevan en el alma.

Cuando aparece la Virgen

su imagen va rodeada

por un halo de diamantes,

de zafiros y esmeraldas.

Una explosión de entusiasmo

en la muchedumbre estalla,

pone final a la fiesta

un estampido, que es fama

que dice a los forasteros;

“ Se acabo lo que se daba”

Recuerdos de mi niñez

con que cariño se guardan

hasta el final del camino

en lo más hondo del alma.

 

 

 

 

[1] Las primeras prospecciones, fueron efectuadas por Eduardo Fresneda y Mª Oliva Rodríguez, que publicaron un articulo editado en Cuadernos de Prehistoria de la Universidad de Granada, nº5.

[2] Los historiadores que han escrito sobre este monumento son:

[3] No se ha podido excavar más ampliamente y con detalle dicho monumento, por un pleito establecido entre uno de los propietarios de los terrenos donde se encontraron los restos arqueológicos y la administración, que dura más de cincuenta años.

[4] Los historiadores que han escrito sobre esta torre son: El anteriormente señalado Francisco Hernández de Jorquera, Antonio Almagro Cárdenas, que escribió una monografía sobre esta torre en la revista Museo granadino de antigüedades árabes (pp.179-190) y Torres Balbas, este arquitecto escribió en la revista Al-Ándalus sobre la Torre de Gabia en los años 1953 y 1959. Aunque pudo estar influenciado por el boletín del Centro Artístico Nº 3 del 1887.

[5] Este dato lo conocíamos anteriormente por la profesora de la Universidad de Granada Mari Carmen Villanueva Rico en su libro: Hábices de las Mezquitas de la Ciudad de Granada y sus alquerías, donde relaciona AL-Balat con Las Gabias. El significado de este vocablo durante los siglos X al XIII era que, un Balat se gestaba en la orilla de un rio, con un vado cercano y una fortaleza que lo defendía.

[6] Mari Carmen Villanueva Rico en su libro: Hábices de las Mezquitas de la Ciudad de Granada

[7] El 26 de Enero de 1726 se dicta un auto en Gabia la Grande, con el siguiente contenido entre otros: “Que nadie ose sacar sarmientos de viñas, aunque sean suyas, sin licencia, bajo pena la primera vez de 1 ducado para dorar el altar y retablo de la ermita de las Nieves…”

[8] La copia de esta bula está recogida en un cuadro que se encuentra en la entrada del santuario.

[9] Está documentado en los Libros de Apeos y Repartimientos

[10] Estos datos están sacados de un cuadro que se encuentra en sacristía del Santuario.

[11] Esta pregunta que se hace el autor, la motivada el hecho de que para ir al cementerio, había que subir la cuesta de la Ermita

[12] También por el mismo autor, nacido en Gabia la Grande en 1.868

 

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