Pregón de la hermandad de la Virgen de las Nieves, del año 2012.

Del significado sacro y simbólico de la Ermita de la Virgen de las Nieves de Gabia la Grande.

 

Buenas noches, antes de comenzar la presentación, quiero daros un saludo muy afectuoso a todos los asistentes.  Espero que esta noche con todos vosotros, con mis familiares y amigos, sea capaz de controlar las emociones, y que me mantengan dentro de la templanza necesaria para afrontar la situación y el acto pueda desarrollarse con la elocuencia y serenidad que se merece.

Cuando Alberto Ortega me llamó para anunciarme que estaba barajando la posibilidad de presentar mi nombre, en la terna para la elección  de pregonero de 2012 a la Patrona de Gabia la Grande, “La Virgen de las Nieves”, me sentí muy halagado y satisfecho. Pero cuando Jaldo, el hermano mayor de la Hermandad de la Virgen, me llamo para anunciarme que había sido elegido para desarrollarlo, me pregunte, ¿yo que puedo aportar? a los pregones que tan brillantemente se han realizado anteriormente. Y que sentimientos íntimos me incitaba a aceptar esta tarea, que  tanto me apetecía.

El primero de ellos fue el de un agradecimiento sincero y profundo a todos los cofrades de esta magnífica Hermandad, por acordarse de mí, estando algo apartado geográficamente de nuestro pueblo, aunque tan cercano emocional y espiritualmente y muy en especial a su hermano mayor, que tan brillantemente la dirige y que me animo desde el primer momento a  comenzar a escribir con el corazón, los sentimientos y los recuerdos  que han llenado mi vida en relación a la Virgen y su Ermita.

La segunda reflexión se dirigía a encontrar las claves del desarrollo del mismo, que quería expresar y el cómo hacerlo, llegue pronto a la siguiente conclusión, influenciado quizás, por lo que más me gusta de todas las materias culturales; contare la historia de la Ermita y de su Virgen, narrare mis propias impresiones y sobre todo, las devociones, las leyendas, los ruegos, las promesas, el fervor y el cariño del pueblo de Gabia. Centrándome más en el santuario y dejando para el próximo año las loas y alabanzas a nuestra Virgen , coincidiendo con su coronación, en su casi cuatrocientos aniversario desde la realización de la talla de la imagen, que representara un hito único en la Vega Granadina, lo mismo que fue en su día, el primer nombramiento de forma individualizada de Patrona en todos los pueblos comarcanos, este hecho, me reafirmo más en la idea de contar brevemente su histórica y presentar una nueva leyenda, que de pábulo a la imaginación de los devotos y fervientes defensores de la simbología religiosa en Gabia y sus lugares de culto.

Siento los recuerdos de mi niñez en  los años cincuenta del siglo pasado, como si estuvieran presentes ahora mismo en mi memoria, las mañanas frías y las tardes-noches oscuras de viento y agua, acompañando en la subida de la cuesta a la Ermita, la más cercana donde vivía La Pirripa y El Pellejero, llena de piedras y chinos, de un piso muy irregular, a mi tía Nieves, subiéndola ella de rodillas todos los días, para que se cumpliera una petición realizada a la Virgen, ya que sentía un profundo deseo personal de profesar los votos religiosos, que luego ingresó en la congregación de las Madres Agustinas Recoletas, entonces me parecía una eternidad, tanto el tiempo que tardaba en subirla, como la cantidad de veces que realizaba este sacrificio. Muchos años después, coincidiendo con sus bodas de oro como religiosa, celebradas en Monteagudo, cuando le recordé estos sacrificios, me comento que solo había sido una sola vez. ¿Puede que me falle la memoria?

En estos acompañamientos, me venían a la mente los comentarios que circulaban entre la chiquillería del pueblo, respecto de las leyendas del origen a la devoción a nuestra patrona, encontrando mi pensamiento acomodo en una Virgen muy antigua, de antes de la llegada de los árabes y que por un capricho del azar, se había mantenido presente durante los ocho siglos de dominación musulmana, conservando la religiosidad y el cariño de los habitantes que habían poblado Gabia la Grande durante tantos siglos. Pero pronto, conforme me fui haciendo mayor, comprendí que esa realidad generada por mi mente no podía ser tal como la había imaginado, solo en parte era cierta esta idea, el cristianismo en estas tierras de la vega granadina, estuvo presente de forma clara y manifiesta, al menos hasta principios del siglo XII. Aunque no debía dudar tanto de mi pensamiento originario, si nos atenemos a un escrito de un sacerdote de la Malahá de finales del siglo XIX, que manifestaba orgulloso, que en aquella tierra siempre existieron cristianos, desde la llegada del cristianismo hasta sus días, pasando por las épocas arrianas y musulmana sin menoscabo del cristianismo romano.

Siempre me preocupo saber el origen del fervor a la Virgen de Las Nieves y porque la habían elegido patrona de Gabia y las razones de la ubicación de  la Ermita en ese otero, donde tan bellamente se divisa la Vega y el secano, Granada, las sierras de Elvira y Parapanda y sobre todo la altísima, enorme y majestuosa Sierra Nevada, la que mira la Virgen permanentemente desde su trono-camarín.

Desde joven, llenaba mi tiempo libre, leyendo escritos y libros sobre estas historias, que a mí, me parecen fascinantes y aun hoy, continúo disfrutando al descubrir algunos entresijos del bagaje histórico cultural de nuestro pueblo.

Son también los recuerdos de juventud, los que me llevan a pensar en lo cambiado que está el entorno de la Ermita,  me faltan los lugares que conocí tan naturales y despejados y que me hacen rememorar tantas sensaciones, los “resculizos” donde los chiquillos nos tirábamos desde la parte más alta hasta la era del Palomero, o bien, la era de enfrente, donde jugábamos los partidos de futbol casi a diario, hoy ocupada por el colegio público, que cambia este paraje tan bello y entrañable en otro tiempo; las tres cruces o calvario, una de ellas rota, como aparece en la imagen de 1741; los bancos de alrededor de la Ermita, que atraían a los visitantes cansados, al reposo y la contemplación, ¡cuántos hechizos se habrán fraguado en ellos!, ¡ cuánto misticismo y espiritualidad se habrá dado en los continuos reposos callados de las personas que los ocuparon durante tantas generaciones!, ¡cuántos pensamientos sobre la vida, el amor, el trabajo, la amistad, el bienestar, la tierra, el agua, el frió y el calor!  ¡Cuánta  meditación  concentrada en este lugar!, ¡qué riqueza para poderla contar!, y aun hoy sigue aumentando.

¡Cuánto cambio se ha realizado en este lugar! ¿Sera esto lógico? Al menos uno,  me atrevo a decir, nunca se debió consentir, quitar el adorno que bordeaba con la figura de un sol radiante por el exterior la ventana redonda del camarín de la Virgen, la que mira a la bella Granada y también, quizás no por casualidad, al Cerro del Sol, cerca de La Alhambra, donde se dice que antiguamente se buscaba oro. Ha sido un atropello. Desconozco quién mandó realizar tal desmán, ya que solo no ha mejorado en nada el aspecto exterior de la Ermita, sino que lo ha empeorado y, además, ha quitado un elemento decorativo que podía ofrecernos indicios de los verdaderos orígenes de la devoción que se ha centrado en este edificio.

Estoy convencido de que este lugar tiene relación con otro referente que ha estado siempre presente en la vida de nuestro pueblo, la Piedra del Deposito Viejo, donde antaño, cuentan las leyendas, la chiquillería de los alrededores venía a subirse en ella y se le asignaba un sentido protector y benefactor que atraía la buena suerte al conjunto de la población. Pero no podemos olvidar que, también debía tener otra cualidad que iría  unida a la anterior, de protección individual a las personas que tocaran lo que se consideraba un talismán o amuleto. Quizás sea esta la razón por la que  fue visitada en las distintas épocas y ha permanecido en el mismo lugar durante tanto tiempo. Desde que tenemos conciencia y conocimiento, los mayores de nuestro pueblo se sentaban en ella y posiblemente sea esta costumbre inconsciente, lo que nos queda hoy de aquella fe en los poderes sobrenaturales o mágicos de la misma. De una cosa sí que estoy convencido, algo de mágico debe tener este lugar;  los amaneceres y atardeceres parecen distintos en este punto; la luz ilumina más plena; las vibraciones de nuestros corazones se hacen más pausadas y placenteras; el descanso de nuestro espíritu se consigue solo con permanecer escasos minutos cerca; vivir se vuelve más fácil, si reposas y meditas, se olvidan y ahuyentan las penas, apareciendo caminos en donde solo hay escollos; en definitiva, se engrandece nuestra perspectiva persona. ! Algo tendrá que ver nuestra Virgen de las Nieves en estas sensaciones!

Pero  ¿qué relación tiene con nuestro tema? pudiera ser, que la Ermita en sus orígenes fuera un morabito, cuya primera construcción más afianzada  datara de finales del siglo XIII o bien del XIV, o quizás más tarde, pero en cualquier caso antes de la Reconquista, si atendemos a la documentación de los libros de Hábices de las Iglesias de Granada, de 1503, referente a Gabia la Grande, donde nos indican que en esta población existía “una rábita que estaba vacía y que en ella vivía una negra de por Dios”.

Nos preguntaríamos ¿por qué se localizó en este lugar? Y es entonces cuando entra en juego esta piedra que antes hemos mencionado. Yo intuyo que, si fuera cierta la leyenda del poder benefactor de la “Piedra del Depósito Viejo” atribuido por los habitantes de la antigua población de Gabia, y adquirido tanta fama que superó las fronteras comarcales, suponemos que existieran personas que enseñara el lugar exacto donde estaba el magnífico talismán a los visitantes que circulaban por esta zona, ya que esta piedra estaba fuera de la población, y ahí entraría a relacionarse con  el otero donde está asentada la Ermita, un lugar desde donde se divisa perfectamente el cruce de caminos ancestrales que existía en lo que llamamos hoy la “Mina del tío Toleo” y gran parte del recorrido de los mismos. De esta manera, se materializaría como punto estratégico para otear y divisar a los viajeros, lo que daría permanencia en dicho lugar a  eremitas, que serian los que indicarían la localización de la piedra y contribuirían a que adquiriera su significado de identidad y de espiritualidad este lugar. Con el paso de los años, con todas las evoluciones y cambios que el tiempo siempre depara, llegamos a donde hoy estamos, con una expresión católico religiosa en la práctica devocional de los habitantes de la población, durante el transcurso de los últimos siglos.

Debemos recordar que el poblamiento de Gabia se remonta al menos a la Edad del Bronce y que la zona ha estado permanentemente habitada, sin interrupciones estimables desde entonces, según acreditan los estudios arqueológicos e históricos. Luego cabría pensar que existieron otras muchas creencias y religiones. Y es una constante histórica que los lugares sagrados y de culto, han sido readaptados a las nuevas realidades que se suceden, según las creencias de cada momento.

Ya en tiempos más cercanos vividos por mí, la Ermita y sus alrededores eran un lugar que se me antojaba mágico, donde tanto de día como de noche. Se podía encontrar personas en múltiples quehaceres, de rezo y devoción, amorosos y de divertimento, de trabajo y sobre todo, de contemplación. Era raro que los visitantes de Gabia no subieran a la Ermita a rezar a la Virgen y a contemplar el precioso paisaje que desde allí se divisaba. Sobre todo la Vega, esa vega siempre verde y majestuosa, llena de vida, con las acequias rebosantes de agua clara, cristalina y fresca, para regar sus campos sedientos en los meses del estío, y porque no, la magnífica panorámica de la capital granadina, reflejada desde este lugar en multitud de pinturas desde 1530, que se reiteran a través de los años, con la misma perspectiva y realizadas por distintos autores. ¿Por qué se mantiene siempre presente Granada, casi con exclusividad, en la gran mayoría de los grabados y dibujos antiguos que se conservan, la vista desde la Gabia Grande?, ¿Algún significado debe tener?

En verano la Ermita era el centro de atracción, rodeada de las eras empedradas del pueblo, y constituía un el faro luminoso que desde arriba siempre estaba presente, y la Virgen la farera que nos protegía y velaba por todos los gabirros en sus trabajos cotidianos.

Las leyendas existentes en nuestro pueblo nos narran multitud de historias sobre la Ermita y muy especialmente sobre la Virgen de las Nieves. Una de ellas nos cuenta que un marinero un día la vio y quedo prendado de su belleza. En una noche de tormenta, el recuerdo de  la  imagen y una oración lo salvó de un naufragio seguro, motivo por el que le regaló a la Virgen un manto bordado en oro como presente. Para profundizar un poco en esta leyenda voy a leer a continuación una poesía que se dio a conocer en el programa de fiestas de 1983. Su autor, una persona entrañable por su sencillez y humildad y por su clara fe en todo lo religioso, muy especialmente en lo referente a la Virgen de las Nieves, es José Manuel, conocido por todos  como “El Niño Gracia”, que ha contribuido de manera decisiva a que se mantengan y se reactiven los fervores, devociones y gratitudes hacia la Virgen desde la mitad del siglo XX en adelante.

El Manto del Marinero (por José Manuel)

Por las calles de mi pueblo

un marinero pasó

en los días de sus fiestas

saliendo la procesión.

Quieto quedo el marinero

para ver la comitiva

y al acercarse la virgen

clavo sus  ojos en Ella

y exhalando un suspiro

murmuro ¡qué maravilla!

decidme como se llama

esta imagen tan divina

que ha hecho vibrar mi alma

y su cara me cautiva.

Es la Virgen de Nieves

nuestra patrona querida

dueña de cuerpos y almas

y la Reina de esta villa

¡”Oh, Virgen de la Nieves!

es tan bello tu mirar

que a donde quiera que vaya

nunca te podre olvidar.

A navegar por los mares

el marinero se fue

a bordo de un gran navío

haciendo de timonel.

Una noche de tormenta

de relámpagos y truenos

el barco se estremeció

chocando contra las olas

a merced del viento quedo.

Y cogido a su timón

el marinero luchaba

y a la vez con su mirada

mirando al cielo rezaba.

De repente su garganta

lanzo al aire una oración

recordando aquella Virgen

que un día en nuestro pueblo vio

¡Socórreme Virgencita!

de esta tormenta espantosa

y salva a la tripulación

con tu mano poderosa.

De la tenebrosa noche

surgió un rayo de esperanza

y el mar estando embravecido

todo se quedo en calma.

Un día cinco de agosto

el marinero regreso

y postrado ante la Virgen

un manto le regaló.

Acéptalo, madre mía

como prueba de mi amor

en recuerdo de aquel día

que la muerte me rondo.

Dios te salve Virgen pura

fuiste en el mar centinela

pues siendo Nieves tu nombre

quisiste ser marinera.

Con carácter de generalidad quiero contaros que la advocación de la Virgen de las Nieves en el seno de la Iglesia Católica se remonta al siglo IV; nace en Italia durante el papado de Liberio (352-356). Según la leyenda, un anciano matrimonio acaudalado sin hijos, rogó a la Virgen María que les indicase qué hacer con su patrimonio. Esta, en sueños, les reveló que construyeran un templo y esa misma noche el Papa soñó lo mismo. En la mañana de un 5 de agosto amaneció el monte Esquilino de Roma nevado, y este hecho fue interpretado como la señal que necesitaban. En ese mismo lugar se edificó la Iglesia en honor a Santa María la Mayor, también conocida como Virgen de las Nieves o Santa María la Blanca.

Para los gabirros, el relato que narro a continuación, aporta luz y aclara la   gran cantidad de leyendas que han circulado por nuestro pueblo, en diferentes versiones, que trasmitían las narraciones orales que originaron la devoción y entronización de la Virgen de las Nieves como patrona de Gabia la Grande. Algunas, sin duda, estaban contaminadas por otras ajenas a estas tierras, pero sirvieron para engrandecer y justificar el gran fervor que ha habido siempre por esta advocación mariana.

Nos cuenta Francisco Hernández  de Jorquera en su libro “Anales de Granada” (pag.573-574) que “El 5 de Agosto de 1611 día de Nuestra Señora de las Nieves por la tarde, se levanto un grandísimo torbellino y tempestad de agua y piedra en la Vega de Granada, que duro poco más de media hora, el cual hizo muchísimo daño en las heredades, huertas y otras haciendas del campo y en particular en el lugar de Alhendin, dejo destruidas las viñas de su término y olivares, fue dañado de tal manera, que no se cogió vino ni aceite en el dicho lugar y para memoria de tan grande inundación los vecinos hicieron votos y promesa unánimes de guardar y festejar por siempre jamás este día.” El párrafo anterior nos aclara históricamente el inicio de la devoción a la Virgen de las Nieves en estos entornos.  También señalar que precisamente en los meses de abril y mayo del  mismo año, el Rey Felipe III dictó tres decretos de expulsión de los últimos moriscos de estas tierras.

Supongo que entre el suceso de 1611 antes narrado y el 25 de mayo de 1615 en que se encargó la talla de la imagen de la Virgen al escultor granadino Bernabé Gaviria por el alcalde ordinario Luis Sánchez de Castro debió adoptarse un acuerdo que estaría documentado en un acta municipal de la asamblea celebrada en la iglesia de Gabia la Grande para aprobarlo.

A falta de ésta, la trascripción literal del contrato de encargo de la imagen me permite acreditar la voluntad  manifestada aquel día. En él también se exponen las condiciones generales de la talla exigidas al artista, para que nos demos cuenta de lo medido y estudiado que estaba el tema y cómo sabían perfectamente la imagen que querían. El resultado fue la bella y majestuosa talla de nuestra patrona.

“En la ciudad de Granada, en veinte  y cinco días del mes de mayo de mil y seiscientos i quince años. En presencia de mi, el escribano y testigos ynfra escriptos, pareció Bernabé de Gaviria, escultor, vecino de esta ciudad, a señor San Gil. Y dixo que él esta combenido y conçertado con Luis Sánchez de Castro, vecino y alcalde hordinario de la villa de Gauiar la Grande, de hacer una hechura de ymaxen de la adbocaçión de Nuestra Señora de las Niebes. De çinco palmas en alto y tres dedos de peana. A el modelo de la ymaxen de Nuestra Señora de la Antigua, que está en el conbento del señor San Agustín, de esta ciudad, en la capilla de don Francisco del Castilla, veinte y cuatro de esta ciudad. El manto de la dicha imaxen de blanco contrahecho. Una Tela rica raxada y una orilla de barios colores, alrededor del manto y la  saya rosada con una labor abierta.

Y el niño aunque está desnudo en la dicha ymaxen, a de ser bestido de la misma escultura, la morada sobre el oro, con sus labores. Y en lo que toca a la imaxen a de ser de altura que de suso se contiene. Y en todo lo demás ha de  ser conforme a la hechura de la dicha ymaxen que esta capilla del dicho don Francisco del Castillo. A contento y satisfacción de dos ofiçiales que entiendan de lo suso dicho, nombrados por cada parte el suyo. Y la a de dar acabada, en fin de mes de Julio de este presente año, de escultura y toda pintura,  y bien hecha y acabada, en entera perfeçión a bista de todos los ofiçiales.

Por razón de lo qual, el dicho Luis Sánchez ha de dar y pagar treinta y sei ducados, pagados en esta forma: diez ducados dentro de quinçe días primeros siguientes contados desde oy, dicho dia. Y los veinte y seis ducados restantes el día que aya acabado la dicha ymaxen. Por tanto en la mejor que a lugar de derecho se obligó de haçer la dicha ymaxen y darla  acabada en todo el dicho tiempo referido de suso y por el preçio que de suso se contiene. Y si no diese acabada la dicha ymaxen para el dicho tiempo, que a de  ser en fin del mes de julio de este año, el dicho Luis Sanchez de Castro  le a de poder executar y apremiar por los daños que se obieren causado en lo suso dicho y por el dinero reçivido con su juramento o quien fuere por él parte en que lo dexa diferido deçisorio desde luego sin otro recaudo alguno y a ello obligo su persona y bienes abidos e por aver.

Y estando presente a lo que ésta referido de suso el dicho Luis Sánchez de Castro, vecino y alcalde hordinario de la dicha villa de Gaviar la Grande, aceptó la dicha escritura en su fabor y se obligó de dar y pagar a el dicho Bernabé de Gaviria o a quien por el fuere parte los dichos treinta y seis ducados por dicha hechura de la dicha ymaxen de Nuestra Señora de las Niebes que ha de ser de la hechura y forma que de suso se a espresado. Los quales les pagará los diez ducados dentro de los quince días contados desde oy día y los veinte y seis ducados para el día ultimo del mes de julio que aya dado acabada la dicha ymaxen en esta ciudad  a su costa  con las de cobrança. Y no le pagando la dicha cantidad luego que aya acabado la dicha ymaxen, le pueda executar y apremiar con este contrato y su juramento o quien por el fuere parte en que lo difirió deçisorio, desde luego sin otro recaudo alguno. Y a ello obligó su persona y bienes abidos y por aver y anbas partes por lo que a cada uno toca dieron poder a la justicia de su majestad de qualquier parte para que les apremien a lo que esta dicho como por sentençia pasada en cosa juzgada. Renunçiaron las leyes y derechos de su fabor y la que proibe su general renunçiaçión de ellos. Y los otorgantes segun dicho es y lo firmaron de sus nombres. Siendo testigos a ello Juan de Gaviria, hijo del dicho Bernabé de Gaviria, y Láçaro perez, oficial del suso dicho, veçinos de esta çiudad, y Pedro Ximenex, veçino de la villa de Gaviar la Grande. E yo el escrivano doy fe, conozco los otorgantes.

 Luys Sánchez de Castro (firmado y rubricado).

 Bernabé De Gabiria (firmado y rubricado).

 Ante mi Domingo Velarde, escribano, (firmado y rubricado).

 Sin derechos y de ello doy fe.”

Pero no fue hasta el año 1747, ciento treinta y seis años después de este hecho, cuando solicitaron a Roma las autoridades gabirras que fuese declarada patrona de Gabia la Grande. El vigesimoquinto arzobispo de Granada, Pedro Antonio Barroeta y Ángel, la declaró patrona del pueblo el seis de mayo de 1770 y vista la solicitud anterior y la mucha devoción que se le profesaba, fue confirmada el 23 de marzo 1774 por bula del Papa Clemente XIV, como podemos apreciar, Roma tardaría 27 años en contestar.

Trece años antes, el 15 de enero de 1761 el Santo Padre Clemente XIII concedió bula con indulgencias plenarias a los cofrades de la Virgen, cuya transcripción se recoge a continuación, y que pretende ser fiel reflejo, de la copia  existente en un cuadro a la entrada de la Ermita por su puerta principal, a mano derecha.

“BULA PAPAL: 1671

Nuestro Santísimo Padre Clemente XIII

Por su Bula de 15 de Enero de 1671, ha concedido a la Hermandad de Nuestra Sra. de las Nieves, de la Villa de Gabia la Grande, las Yndulgencias siguientes:

Primeramente a los Fieles Penitentes y Confesados entraren en dicha Hermandad, el día de su entrada si recibieren el Santísimo Sacramento de la Eucaristía y a los mismos Cofrades, ahora y en todo tiempo existente, si penitentes y Confesados recibieren la Sagrada Comunión si pudieren, o a lo menos contritos en la agonía de la Muerte, imbocar devotamente, el piadoso nombre de Jesús, con el corazón, si con la boca no pudieren, o dieren otra señal cualquiera de penitencia, le concede su Santidad Yndulgencia plenaria y remisión de todos sus pecados.

Ytt- El día 5 de Agosto, desde vísperas primeras, hasta poner el sol de dicho día, en cada un Año, a los hermanos que devotamente visitaren la Hermita de Nuestra Sra. de las Nieves y rogaren a Dios por su Exaltación de nuestra Madre Iglesia, extirpación de las erejias, conversión de los Infieles, paz y concordia de los Príncipes Cristianos y por la salud del Romano Pontífice, que es o fuere en dicho tiempo, Su Santidad les concede Yndulgencia Plenaria y perdón de todos y cada uno de sus Pecados.

Ytt- Concede Su Santidad a dicha Hermandad y a cada uno de sus hermanos, verdaderos penitentes y Confesados y haviendo comulgado, estando la referida Hermita, en el día de la Asunción de Nuestra Señora= el día del Dulce Nombre de Maria= el Viernes de los Dolores= y el día de la Purísima Concepción desde las primeras vísperas de dicho día, hasta el poner del Sol, haciendo Oración por la exaltación de Nuestra Santa Madre Iglesia, en la forma que arriva se expresa, siete años y otras tantas cuarentenas de perdón.

Ytt- A los mismos hermanos por cada vez que asistieren a la Misa y Oficios Divinos, que en dicha hermita se celebran, y según la costumbre de los cofrades, se han de celebrar= O asistieren a las juntas públicas o secretas de dicha Hermandad= por cualquiera piadosa obra que hayan de ejecutar= o asistieren a las procesiones ordinarias o extraordinarias, así de la dicha Hermandad como otras cualquiera= o acompañaren los entierros de los defuntos= o cuando sale el Santísimo Sacramento a los enfermos lo acompañaren o si están impedidos de asistir= si cuando oyendo la señal de la campana que avisa sale su Majestad, se incaren de rodillas y rezaren un padre nuestro por el enfermo o enferma= o ospedaren a los Pobres Peregrinos= o les dieren limosnas= o ayudaren con otros piadosos oficios= o hicieren pazes entre los enemistados propios o extraños= o redujeren algún extraviado camino de la salvación= o enseñaren a los ignorantes al Decálogo, y a las cosas necesarias para la salvación= o rezaren cinco Padres Nuestros por las Animas de los Cofrades Defundos y últimamente exercitaren alguna obra de Misericordia de las Espirituales o Corporales, todas las veces que practiquen alguna obra piadosa de las referidas, por cada una les concede Su Santidad a dichos hermanos sesenta días de perdón de las penitencias debidas por sus pecados.

Para ello han de tener la Bula de la Santa Cruzada.

Esta Bula con sus indulgencias fue copiada en la Villa de Gabia la Grande por Francisco Sánchez y Muñoz, año de 1841.”

Con la lectura de esta bula me vienen recuerdos de juventud, cuando los comportamientos religiosos se manifestaban casi idénticos a los arriba expresados.

Conviene distinguir la devoción religiosa a la Virgen de las Nieves, de su nombramiento como patrona, sobre todo porque anteriormente a las fechas señaladas, Gabia la Grande, Gabia la Chica, Cúllar, y otros pueblos comarcan0s tenían como patrona a la Virgen del Rosario. Quizás este hecho explique el retraso en más de 100 años de la petición de su patronazgo.

Aunque aún no tenemos evidencias documentales para demostrar lo que anteriormente hemos señalado y es más que seguro se podrán encontrar en los archivos eclesiásticos, nos apoyamos en los siguientes hechos para afirmarlo:

Uno de ellos es que, la patrona de Gabia la Chica, Hijar y Cúllar es actualmente la Virgen del Rosario, como ya se ha dicho y en ese tiempo, desde la Bula de constitución de las Iglesias de Granada en 1501 todas esas poblaciones estaban reunidas en una única parroquia, la de Gabia la Grande más Ambrós. Es más que probable que el cambio producido en nuestro pueblo no se realizara en el resto de poblaciones, que si conservaron su tradición de más de doscientos años de veneración a la patrona anterior.

Encuentro otra razón en el hecho de que, según la tradición traslada por los mayores y en los documentos referidos más abajo, antiguamente la festividad de la patrona de Gabia se celebraban en octubre,  coincidiendo estas fechas, con la festividad el siete de ese mismo mes de la Virgen del Rosario.

Podemos preguntarnos por qué se inició en nuestro pueblo la devoción a la Virgen de las Nieves y no en otras poblaciones cercanas y dependientes de la misma Iglesia de Gabia la Grande. Creo que la razón habría que buscarla en el origen de algunos de los repobladores y cristianos viejos de Gabia, que eran oriundos de la provincia de Cádiz y más particularmente de  Arcos, en concreto, los hermanos Ponce de León, Mariana y García, residentes en nuestro pueblo constatado en 1570, pero que sin duda vivía en Gabia su familia, con anterioridad a 1492.

Independientemente de la realidad expresada más arriba. ¿Por qué los habitantes de Gabia la Grande tomaron la decisión e hicieron voto y promesa solemne de celebrar el día de la Virgen de las Nieves por siempre jamás?, llevándolo a efecto hasta nuestros días, al contrario de lo que sucedió con Alhendín, que el 27 de noviembre 1656 sus habitantes recibieron triunfantes a  su nueva patrona, la Inmaculada del renombrado escultor Pedro de Mena, traída en procesión desde la ciudad de Granada, desconociendo las razones que tuvieron en dicho pueblo para cambiar de parecer.

Respecto de la devoción a la Virgen de las Nieves en Dílar, conocemos una historia parecida a la nuestra, aunque muy posterior, casi coincidiendo con las fechas de petición de patronazgo en Gabia, según la leyendas del siglo XVIII, le ocurrió al párroco de un pueblo de la Alpujarra durante la travesía de Sierra Nevada viajando a Granada, un cinco de agosto se salvó milagrosamente de una fuerte tormenta, por lo que costeó la construcción de la ermita vieja a la Virgen de las Nieves de ese pueblo.

Ahora quiero entrar brevemente en ¿Cuándo se celebraban las fiestas en honor a la Virgen de las Nieves? La memoria popular dice que antiguamente tenían lugar cada siete años, pero hay quien manifiesta que era cada veinte o veintiuno. La realidad de lo que conocemos es que se han celebrado sin atenerse a una regularidad ni de fechas, ni de periodicidad. Tenemos constancia por el libro capitular del Concejo que los festejos de 1767 en honor de la Virgen de las Nieves de Gabia, se celebraron los durante los días 25 y 26 de octubre y en 1887, el 16 y 17 del mismo mes. Sin embargo, en 1921 se pasan al mes de septiembre, con la argumentación de  no se celebraban el 5 de agosto, ya que no se habían acabado todavía las tareas agrícolas en las eras próximas. Argumento que se manifiesta por las autoridades en cada momento y es el recuerdo que tenemos los mayores actuales y  así se ha ido cambiando de fechas y de periodicidad, como mejor  ha parecido, hasta que llego la democracia y se fijo la celebración anual, como criterio fijo e inamovible hasta el momento.

Por buscarle una explicación, a la celebración de las fiestas cada siete años, podríamos relacionarlo con el hecho, de que en Gabia la Grande se recaudaba el impuesto denominado “Moneda Forera” que con esa misma periodicidad,  abonaban  los pueblos comarcanos y también sería el motivo de la concurrencia tantos forasteros que antiguamente asistían a estas celebraciones en honor a la Virgen de las Nieves, como recogen las reseñas históricas, además, claro está, de todos los hijos del pueblo emigrados o desplazados a otros lugares que se sentían devocionalmente obligados a volver a su pueblo en días tan señalados.

Una muestra de lo reseñado anteriormente, es la relación de las indulgencias concedidas por varios Arzobispos y Obispos al Santuario de Nuestra Sra. de las Nieves en la villa de Gabia la Grande, cuyo literal dice lo siguiente:

“Primeramente:

El Excelentísimo e Ilustrísimo Sr. Don Tomas de Roda y Rodríguez, obispo de Menorca, por su decreto de 20 de Julio de 1.856 concede 40 días de indulgencia, a todos los fieles por cada vez que devotamente rezaren una Salve o Ave María, ante la sagrada Imagen de Nuestra Divina Madre la Santísima Virgen María, que bajo la adoración de las Nieves se venera en la Ermita de Gabia Grande, dirigiendo dicha oración a pedir por la exaltación de nuestra Fe Católica, extirpación de las herejías, paz y concordia entre los Príncipes Cristianos y conversión de los pecadores.

Itt- del mismo modo, el Excelentísimo Sr. Don Salvador José de Reyes, Arzobispo de Granada, por su decreto de 3 de Septiembre de 1857 concede 80 días de indulgencia a todos los fieles por cada vez que devotamente rezaren una Salve, cada día del Santísimo Rosario, o la Letanía ante la Imagen de Nuestra Sra. de las Nieves, que se venera en su Ermita de Gabia la Grande; asimismo, concede otros 80 días por cada uno de los que asistan al mes de María, a la Salve que se canta los sábados, o hicieran visitas a favor de la Santísima Virgen en dicha Ermita; pidiendo a Dios por las señas arriba expresadas.

Itt- Del mismo modo el Excelentísimo e Ilustrísimo Sr. Don Tomás Roda y Rodríguez, obispo de Jaén, por su decreto de 4 de marzo de 1858, concede 40 días de Indulgencias, a todos fieles por cada día, que rezaren una Salve o Ave María, o participen algún acto de piedad o devoción ante la Sagrada Imagen de María Santísima de las Nieves que se venera en su Ermita de Gabia la Grande; otros 40 días a todos los fieles, que asistan a las funciones o actos religiosos que se celebraran en la referida Ermita, en honor de Nuestra Señora, y otros 40 días a los que ayuden …….. y ……. Al culto que a la misma Imagen se le rinda, pidiendo a Dios por los fines anteriormente expresados.

Itt- Del mismo modo, el Ilustrísimo Sr. Don Andrés Boseles y Muñoz, Obispo de Jaén, por su decreto de 6 de Junio de 1.859 concede 40 días de Indulgencia a todos los cristianos que devotamente rezaren una Salve o Ave María ante la Imagen de Nuestra Sra. con el titulo de las Nieves que se venera en su santuario, situado en Gabia la Grande, pidiendo a Dios por los fines arriba expresados.

Itt- Del mismo modo el Excelentísimo e Ilustrísimo Sr. Don Antonio María Claret, Arzobispo de Cuba, por su decreto de 15 de Diciembre de 1859, concede  a la Santa Imagen arriba citada, 80 días de Indulgencia, del modo y forma que las ha concedido el Prelado de esta Diócesis.

Copiado por Francisco Sanz Muñoz en el año 1859.”

El escrito anterior entrecomillado  está recogidos en un cuadro que existe en la sacristía de la Ermita y con  la trascripción  literal que ha expuesto más arriba podemos apreciar cómo a mediados del siglo XIX se levanta una ola de concesiones de indulgencias, que, a mi entender, fue propiciada por el arzobispo de Granada y, en última instancia, por la Bula del año 1854 del santo Padre Pio IX Inneffabilis Deus, por la que convertía en dogma la creencia en la Inmaculada Concepción de la Virgen María, exenta de pecado original por su condición de madre de su todopoderoso Hijo. Lo que impulsó aún más el fervor en la Iglesia Católica hacia la Virgen María. Y aunque nuestra Virgen de la Nieves no tenga esta advocación, sí  es palpable que la iconografía de la imagen se asemeja a la de aquella. Es más, la luna creciente de plata que se dispuso a sus pies es claramente el símbolo de la Inmaculada.

También podemos resaltar  que en esas fechas Gabia la Grande era una de las poblaciones más importantes de la Vega granadina y nuestra Virgen tenía una gran devoción comarcal, razón por la que estaría presente en todas estas manifestaciones eclesiásticas provinciales.

Queda de manifiesto por los decretos de los prelados, que omiten una referencia a los hermanos y a su Hermandad, pareciendo que ha perdido importancia respecto a la del siglo anterior y a mi entender, así seguirá con esta atonía cofrade hasta finales del siglo XX, cuando se reactiva con mucha fuerza y será lo que hoy es, una institución pujante devocionalmente, una gran organización que representa los pilares de la manifestaciones religiosas, é impulsa la búsqueda de las aportaciones económicas necesarias para realizar o financiar las mejoras artísticas, que han engrandecido tanto a la imagen de la Virgen como a su Ermita. Entre las más importantes cabria destacar la adquisición del magnífico trono para las procesiones y los adornos complementarios y muy especialmente la restauración y decoración de la Ermita realizada a finales de los años noventa. Con ello se ha conseguido una estancia para la Virgen muy bella, que debe ser el orgullo de todos los gabirros, por el conjunto artístico tan armonioso que ha resultado, mejorando la situación anterior, cargada de abandono de años y tratada con poca calidad artística en las reformas anteriores.

Ahora me gustaría hacer un breve repaso a las etapas de construcción y decorativas de nuestra Ermita, por si puedo aclarar algún aspecto que a mi entender estaba distorsionado.

La Ermita de Gabia la Grande es hoy es una pequeña iglesia barroca con planta de cruz latina, donde se vislumbran, al menos, tres etapas  constructivas, además de múltiples reformas.

Una originaria, donde se asienta el camarín de la Virgen y la casa adosada al mismo, por donde hoy se entra a éste, que hace las veces de  sacristía y es de difícil datación, si tenemos en cuenta los elementos arquitectónicos presentes tanto externos como internos (aunque algunos de ellos hoy desaparecidos o disimulados por la multitud de reforma realizadas a través del tiempo). No quiero dejar de relacionar al respecto de este problema de clarificación de las fechas de datación,  los datos históricos conocidos, como hemos reseñado anteriormente, sobre todo uno, el recogido en el libro de Hábices de las Iglesias de Granada de 1503 que refiere la existencia de una rabita en Gabia la Grande en esas fechas  y que además ya estaba abandonada desde el punto de vista religioso y ocupada se sobre entiende como lugar de habitación, por una negra pordiosera,

Otra, la parte más amplia del templo que, sin lugar a dudas se realizó en el siglo XVII, creo que con posterioridad al 1611 y más que probable estuviera construido antes o durante el 1615, cuando se encarga la imagen de la Virgen, que corresponde a todo el cuerpo central del edificio. Aunque durante dodo ese siglo se seguiría realizando la decoración originaria.

Y una tercera, que comenzaría sobre el 1835 y se acabaría en 1883 constituida por el frontal de la Ermita y la torre campanario, adosada a la portada del templo para  hacerla más esbelta, ya que la anterior edificación solo contaba con una pequeña  espadaña encima de la entrada, con una campanita en la misma.

Quiero ahora detenerme en los elementos decorativos del interior.

Entrando en la ermita, bajo el coro, encontramos a cada lado de la nave sendas hornacinas con bustos del Eccehomo y la Dolorosa. Son rostros de buena factura del siglo XVIII, de estupenda policromía y estofado.

Adornan la nave un Apostolado de imágenes de barro cocido de regular ejecución  que creemos de la misma fecha de las anteriores. A lo largo de la misma corren un friso de tipo clásico, con bucráneos, triglifos y angelotes sobre pilastras simuladas de estilo dórico.

La nave está cubierta con bóveda de medio cañón sobre lunetos delimitados por molduras de yeso doradas. Es muy curioso el conjunto de escenas y símbolos que se han representado en estos lunetos por el interés que tienen al estar relacionados con la simbología de la Virgen, como son: Estrella de la mañana, Arca de la Alianza, Custodia de Cristo, Lirio de los Campos, Rosa mística, Relicario de Dios, Escala del Cielo y Nave de Salvación. El techo de nave muestra una pintura celestial que encabeza la paloma simbólica del Espíritu Santo y está adornada por dos rosetones con la flor de la patata y la granada y múltiples angelotes representados de medio cuerpo o de cuerpo entero con instrumentos musicales en actitud de usarlos.

El corto crucero, está cubierto con una cúpula de tambor, con  cuatro vanos perforados y otros tantos cegados adornados hasta la última restauración, con lienzos representando a los Arcángeles san Rafael, san Gabriel y  san Miguel junto al Ángel de la Guarda. Esta cúpula está dividida en ocho cascos entre los cuales hay motivos de mascarones y chicotes de  cuyas bocas cuelgan símbolos marianos: Trono de la  Sabiduría, Cedro del Líbano, Torre de marfil, Luna, Arca de la Alianza, Palmeras de Cadés, Torre de David y el Sol. El anillo de la cúpula se apoya sobre unas pechinas cuyo centro ocupan pinturas de san Idelfonso, san José, san Antonio y un santo diacono, que a mi entender, son las de mayor calidad de todas existentes en este santuario.

A un lado y otro del crucero, vemos pinturas al temple, recientes y peores, representando al cordero pascual y la exaltación de la cruz. Más calidad muestran las representaciones de los evangelistas: Mateo y Lucas a un lado y Marcos y Juan al otro. En las lunetillas del mismo, hay otras pinturas de símbolos marianos, en una de las cuales se reproduce la Ermita y un grupo de personas que suben en ella en procesión. Esta pintura tiene el interés de mostrarnos el entorno de la Ermita en otros tiempos. Se completa el adorno de estas partes, con rosetones y unos apliques sobre las ventanas.

Quiero aclarar que, con la restauración última de la Ermita, al descolgar uno de los lienzos de los vanos opacos de la cúpula del crucero, precisamente el que ocupaba el arcángel san Gabriel, por un cuadro de J, Oliver, fechado en 1862, que tapaban unas pinturas más antiguas y de mejor calidad, nos puede dar las pistas para datar convenientemente los elementos ornamentales y sobre todo las pinturas murales. Cabria distinguir al menos tres etapas en el proceso de decoración del templo, que coincidirían con las tres fechas históricas en el desarrollo constructivo y devocional del templo.

Una primera y originaria del barroco tardío, entre mediados y finales del siglo XVII, cuando se construye el crucero y la nave principal de la Ermita.  Es la ornamentación de más bella factura y de mejor calidad, representada por la imagen de la Virgen de las Nieves, las cuatro pinturas de los evangelistas existentes en el crucero, el altar mayor (aunque este último, bien podía ser de la segunda etapa) la pintura de la puerta del Sagrario y algunas imágenes.

 Una segunda etapa, sin duda la más importante en todo el desarrollo ornamental, que debe extenderse entre los años 1730 y finales del siglo XVIII, coincidiendo con la petición del nombramiento de la patrona, es cuando se realiza la mayoría de la decoración existente hoy. Sin lugar a dudas la que mejor la representa sería la ornamentación del Camarín de la Virgen y su posicionamiento sobre elevado respecto del templo, la decoración de  las pinturas de las cúpulas y la mayor parte de la decoración de la nave principal.

Una tercera que coincidiría con la construcción de la torre, de finales del siglo XIX, que estaría representada por las pinturas de los lunetos, como el existente donde se representa la propia Ermita con su torre ya construida y las pinturas y ornamentos de menor calidad.

Conocer los autores de estos elementos decorativos será tarea de investigación futura. No obstante, algunos datos se encontraran  en los libros de actas de la iglesia parroquial o municipales, o quizás, algún día aparezcan los de la antigua Hermandad de la Virgen, que, sin lugar a dudas, serían muy esclarecedores, sobre todo, respecto a la primera y segunda fases.

En los altares del Resucitado y San Antón tenemos unos retablillos de la segunda mitad del siglo XVIII, con unas imágenes muy interesantes.

En el presbiterio nos encontramos un retablo barroco muy clasicista con cuatro medias columnas de yeso de fuste estriado con capiteles corintios adosados a pilastras sobre las que se dispone un entablamento en el que destaca un friso ricamente adornado con guirnaldas de frutas y flores. Lleva un ático con la representación del calvario completado con dos roleos laterales. Y coronándolo todo una representación del Padre Eterno. Creo que con posterioridad se le añadió la decoración de madera con espejuelos de la abertura que conecta con el camarín, conjugando con la ornamentación que éste tiene en su interior y que es claramente de estilo rococó. En los lunetos de la bóveda de la cabecera de la iglesia se disponen unos jarrones en relieve con azucenas, símbolos de virginidad y pureza, debajo de los cuales,  a un lado y otro, hay pinturas bíblicas acomodadas a la simbología de Virgen. Se completa el adorno con la representación en la bóveda del Cielo, con múltiples ángeles entre nubes y en el centro un motivo en relieve dorado.

En conjunto el artista plasmó muy bien la función de la Virgen en el programa de la Salvación, proyectando con acierto en tres planos la obra: abajo el pueblo que ora, arriba Dios Creador y Salvador y debajo Cristo crucificado; en medio de la Virgen como intercesora y abogada nuestra y medianera de todas las gracias.

En los brazos del crucero encontramos las imágenes de San Sebastián, patrón de Gabia la Grande, Santa Lucia, una  talla graciosa y de muy buena factura, San Antón y el Resucitado.

La sacristía es una habitación rectangular adosada  al camarín de la Virgen por donde es obligatorio pasar si se desea entrar a éste. Dispone de   elementos propios de su función. Pero cabria destacar el pequeño lavabo en piedra, cuya eficacia hoy se nos antoja  imposible, quizás en otro tiempo llevara anexo un pequeño deposito, donde albergara el agua tan necesitaría para sus fines

El camarín es la pieza más interesante y bella, que sorprende al visitante por el conjunto armónico de su espacio, la iluminación de sus detalles, el recogimiento y disposición del decorado. Se asemeja al de la Virgen del Rosario de la Iglesia de Santo Domingo de Granada. Esta cubierto con cúpula y cupulinos. Los rectángulos de los vanos, las pechinas y otros huecos rellenos de hojas pellejas y trazos dorados que estiran los abundantes espejuelos entre el dorado, dándole perspectiva y profundidad, muy propio del barroco tardío. Las guirnaldas con flores campestres y cortinajes,  refuerzan la teatralidad de este estilo. Así mismo en la cúpula, las pinturas de los ángeles con instrumentos musicales tocando a la Virgen expresan la idea unificadora de todas las artes del Barroco. Resulta muy interesante el anillo de la cúpula, con sus ocho angelotes, espejitos y guirnaldas. El Camarín es el santa sanctórum de la Ermita.

La última restauración de la Ermita, comenzó a finales del mes Agosto de de 1999, se reparo los defectos constructivos habidos por el trascurso de los años, en la cúpula central del crucero y el brazo izquierdo del mismo, para corregir el deterioro de la cubierta  y evitar la entrada de agua al templo. Además se realizaron los trabajos encaminados a repintar las maderas doradas y policromadas, también a mejorar y afianzar los murales existentes sobre yeso y a poner el templo en un estado envidiable, de belleza y esplendor digno de cualquier ciudad importante y porque no decirlo, a mejorar con acierto el tesoro que para todos representa nuestra Ermita.

Las restauraciones en los cuatro siglos de existencia de la imagen de la Virgen de las Nieves que conozcamos son al menos dos:

Una realizada por José Navas-Parejo. Escultor y Orfebre, que recibe en  agosto de 1921 el encargado del adecentamiento de la imagen de la Patrona de Gabia la Grande, realizando un trabajo de carácter decorativo que no mejora el original, pero que, si tenemos en cuenta el contrato de encargo original para la realización de la imagen, cambia completamente el color del manto de la virgen y del niño, dándole a mi entender, mas vistosidad, también refuerza los colores de los dos rostros y actualiza su semblanza, con lo que dificulta adivinar el estado originario de la imagen.

En 1989 el escultor Antonio Barbero, realizo un trabajo de restauración propiamente dicho, que ha devuelto a la imagen, toda su belleza y esplendor tal como la vemos hoy.

No quisiera olvidarme antes de acabar, el reflejar el papel desempeñado en las labores de custodia y adecentamiento de los bienes de la Virgen a través de los siglos, realizadas por las camareras. A mi entender,  la elección de esta figura, tenía una consideración clasista, (desconozco sus orígenes), aunque seguramente se  justificara, por los tesoros que nuestra patrona poseía y que eran ellas las encargarlas de custodiar y mantener, además de vestirla, adornarla con bellas flores, ponerle su manto de fiesta y sus alhajas para las procesiones y exposiciones más festivas.  Las familias más principales del pueblo competían, por tener dicha consideración. En mis recuerdos de niño, era la mujer de Pedro Pertiñez, quien custodiaba el manto de la Virgen, estas tareas antaño estaban asignadas casi con exclusividad a las familias adineradas y pudientes. Esto hoy ha cambiado, la Hermandad se encarga de todo lo concerniente a la Virgen de las Nieves y su Ermita, dándoles a estos quehaceres un sentir más popular y social, se crea un nuevo mundo de mayor devoción participativa de todos los habitantes de Las Gabias, lo que hace que el pueblo sienta su patrona mas suya, más cercana y con mayor arraigo

Recojo aquí un detalle de la poesía a las camareras de La Virgen (sacado del programa de las fiestas del año1980, por José Manuel)

Camarera de la Virgen

aligera tu trabajo

de ponerla bonita

que los niños de Gabia

suben por la cuesta arriba

a sacarla de la Ermita

Ya repican las campanas,

y se oyen las trompetas,

estampidos de cohetes

y también palmas reales,

se abre la puerta del templo

es que la Virgen, sale.

¡ Oh maravilla!  ¡Oh prodigio!

que manos te adornaron,

con tanto gusto.

Me gustaría señalar y espero que se realice, como se me ha indicado, una romería  anual con sus caballos, carretas, y un gran acompañamiento andando de todos los vecinos y visitantes de nuestro pueblo, mejor coincidente con las fiestas y a ser posible el mismo día cinco de agosto, a algún lugar cercano, donde todo el pueblo y sus invitados pudieran disfrutar y festejar. Lo ideal es que se visitara algún lugar fresco, para poder descansar convenientemente y que tuviera alguna simbología sobre la Virgen, sin lugar a dudas, Dilar, es el paraje adecuado, por su vegetación, su cercanía a la Sierra Nevada y por la coincidencia de tener como patrona  a la Virgen de las Nieves, así elevaríamos la consideración y la importancia que otros le dan a la devoción mariana  y los festejos de la patrona de nuestro pueblo, porque para los gabirros, decir Virgen de las Nieves es sinónimo de lo más grande que se pueda sentir, por su devoción tan arraigada, permanente y sincera de un pueblo, que no necesita de nada mas, para elevarla a lo más alto de sus corazones y de su espiritualidad, porque lo sentimos desde muy pequeños, porque nuestros padres y abuelos lo sintieron como nosotros, porque nos llena la vida religiosa a muchos que no la practicamos con frecuencia, y desde luego, nos hace mejores pensando en su significado  como símbolo de unificación de todos los paisanos  de esta tierra fuerte y testaruda, para no sentirse aislados nunca, vivamos donde vivamos.

Ahora solo me resta señalar mi agradecimiento a los hermanos que de forma tan desinteresada, han contribuido al incremento en estos últimos años de las manifestaciones de religiosidad, devoción, entrega y dedicación,  desarrollando un amplio bagaje en todas las variantes de su expresiones más religiosas y festivas, haciendo un gran acontecimiento de todo lo relacionado con nuestra patrona, consiguiendo  ampliar el sentimiento expresado hoy por nuestro pueblo hacia la Virgen de las Nieves, labor que sin duda, está motivada y realzada por la existencia de esta Hermandad, tan antigua, noble y tan especial para los gabirros.

¡Viva la Virgen de las Nieves!

¡Viva la Patrona de Las Gabias!

 

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