Las Gabias en la historia de La Malaha

 

Hoy queremos traer a estas páginas, un relato que por su curiosidad nos llama la atención de gran manera, este texto que transcribiremos integro entrecomillado, tal como aparece en el Diccionario Geográfico Universal complementado por comentarios recogidos del libro “Paseos por la Malaha”, que a mí entender está sacado también en lo referente a la historia del pueblo de un manuscrito existente en la Iglesia de este pueblo escrito por el mismo cura, que son complementarios. Carecen a priori de fundamentos históricos, o al menos no están documentados de donde se sacan las referencias, en la parte relacionada con la antigüedad, en el resto se ajustan bastante a lo que conocemos actualmente. Sacado del libro Paseos por la Malaha, escrito por el médico encargado de los baños a finales del siglo XIX, al tratar de la Historia de esta población: “ Si he de dar crédito a uno de los documentos que he tenido a la vista para formar la historia de este pueblo, el origen del mismo parece referirse a la época de la dominación cartaginesa en España, hacia los años 480 antes de la era cristiana, siendo los primeros que visitaron este país unos cuantos vecinos de la villa de Gabia la Grande que recorrían los campos del Temple en busca de terrenos ventajosos para sembrar, los cuales hallaron al fin a las inmediaciones del baño termal, cuyo manantial les ofrecía abundantes riegos para el cultivo de los que habían elegido, incultos entonces y sin dueño.”

Los comentarios que podemos hacer a este relato, ya cuestionado por el propio autor y aunque no lo cita, están recogidos del informe que presento el cura de la Malaha Hernández Hurtado, para el diccionario geográfico universal de la sociedad literaria de Madrid del año 1832.

Parece cierto que las Gabias con el nombre que en ese momento tuviera, existía como población importante en esta época.

Sabemos que el Temple lo visito Asdrúbal cuando desembarco en Almuñécar y se dirigía hacia el norte de Andalucía, porque tenemos la seguridad que dejo enterrado todas sus reservas de alimentos en esta zona, más concretamente, entre las Ventas de Huelma y Acula.

Conocemos por las excavaciones realizadas a mediados de los años 70, por profesores de la Universidad de Granada que los orígenes de esta población están en la cercanía de los Baños, o al menos en este lugar se han descubierto restos de épocas que consideran prehistóricas.

Con este relato parcial y con otros que hace más adelante, si podríamos decir que, posiblemente hubiera una dependencia funcional y jerárquica de Gabia, así se explicaría las dudas que plantea el autor cuando manejando el texto que le sirve de referencia, recoge que en el año 246 a.c., esta población contaba con 3.000 vecinos que se incrementaron en época romana a 5.000, cosa que le parecía imposible que la Malaha en estos tiempos dispusiera de tanta población. Debemos dar algún crédito al trabajo realizado por este sacerdote, porque hace gala de una erudición amplia en algunas citas de época musulmana.

Descripción de la villa de la Malá, según el diccionario antes reseñado.

1º Dicha villa es el último pueblo de la vega de Granada, y pertenece a la vicaria general del señor provisor que reside en dicha ciudad de Granada.

Es pueblo de señorío, que su jurisdicción toca al marquesado de Alhendin.

La referida villa tiene setenta y ocho vecinos.

2º La iglesia de la expresada villa es parroquia del Real patrono, con la advocación de Concepción, su titular y patrona. Dentro de su población, en casa particular, hay un oratorio, y en él la imagen de San Vicente, mártir, de cuerpo entero, con otras muchas reliquias que en seis relicarios le adornan. Este santo por lo milagroso es tenido en mucha devoción de éste y todos los pueblos de su inmediación. Llamábase esta villa en lo antiguo Misarra, que en letra gótica quiere decir “alivio de dolientes”. Ahora Malá que significa en lengua arábiga “pueblo de sal”. Tiene dicha parroquia dos anejos llamados Escúzar y Chimeneas, ambos sujetos a la jurisdicción del corregidor de Granada. Escúzar dista de esta parroquia una legua y Chimeneas dos. Cada una tiene ciento treinta vecinos y un eclesiástico, con titulo de teniente de cura. En dicho Escúzar hay una ermita y en ella colocado un cuadro del señor del Rescate con quien estos moradores tienen su complacencia.

3º Dista esta villa de su metrópoli y vicaria de Granada dos leguas, una de la villa Gabia la Grande. Otra de la de Alhendin; todas están al mediodía, y la expresa de la Malá ocupa en circunferencia siete leguas de jurisdicción y en latitud a legua por unas partes y por otras a legua media.

4º La situación de esta villa esta en llano, y entre dos arroyos, uno a la derecha y otro a la izquierda; agua abajo y ambos a distancia de tiro de bala del pueblo se juntan. Ordinariamente traen poco agua, gorda y salobre por lo que no se usa de ella. Cuando hay temporal crecen de tal manera que se hacen invadeables. Nacen bajo de tierra, se juntan con otros varios arroyos, pasan por ciudad de Santa Fe a mano izquierda, siguen al lugar de Chauchina y en este, en las expresadas avenidas, inunda sus casas. Y últimamente dichas aguas tienen fin en el río Genil. Se llaman estos arroyos el Jaque uno y el otro el Chopo.

5º. A mano derecha, y a corta distancia de dicha villa esta la sierra de la Almenara, tajo de las Palomas y cerro de la Atalaya. Tiene la expresada sierra a poco más tres cuartos de legua de longitud.

6º A distancia de un cuarto de legua de dicha villa hay un monte llamado Montevive, poblado de viñas, olivos, nísperos y acerolos, todo en tierra de secano, con su casa y lagar situada entre la jurisdicción de Alhendin y la de esta villa. Y así también la mitad de la dicha posesión a cada parte. Y toda ella de un solo dueño. Este mismo tiene otra extramuros del pueblo, a tiro de bala en el sitio que llaman el Olivarillo, formada de huerta para su uso, y esta se riega con el agua de los baños minerales que se expresarán. A la entrada del pueblo, en el arroyo Jaque, hay docena y media de álamos negros y otros tantos a la parte de allá, inmediatos al arroyo llamado Chopo. En lo demás de su circunferencia esta poblada de tomillos, salados, lechainas. La posesión del expresado Montevive tiene en circuito media legua.

7º Se ignora quién fundo esta villa, pero se conserva por tradición que después que ocuparon a España los cartagineses y desposeyeron a estos los romanos entrando por Barcelona Casandro Eulio y Niomes por Motril con seis mil soldados, tomada que fue Alhama, a poco se rindió esta villa, que entonces era de tres mil trece vecinos. Coronase por rey de España Octavio Romano y quedo en esta villa un nieto del capitán general Niomes, llamado Auspicio. Este, acomodando el sitio a su salud, aumento el número de vecinos hasta cinco mil y representando al senado romano este número de habitadores hizo a esta villa colonia, estableciendo en ella cuatro jueces.

Desposeídos de España los romanos y reinando Leovigildo, arriano, se infesto esta de su herejía, pero entre los pueblos que se mantuvieron obedientes a la Silla Apostólica fue esta villa, la que con mayor firmeza sostuvo la religión cristiana. Por cuya causa se vino a ella, desde Córdoba, San Rogelio. Reinando Vitiza negó la obediencia al papa y expidió un decreto o pragmática inductiva para que se pudiesen casar los sacerdotes seculares. El que visto por los sacerdotes de esta villa lo declararon por herético y pactaron que si pasaba a precepto estaban pronto a dar las vidas primero que seguir tan errado parecer. Tomaron a España los africanos y fue arruinada de tal modo esta villa, que solamente le quedó el corto número de siete vecinos moros, ocupados en fabricar sal. Pero aun no permitió Dios Nuestro Señor faltase nuestra católica religión, pues quedo cautivo Jacobo Ibres, católico, el cual se dice murió mártir en defensa de la fe. Reinando los señores don Fernando y doña Isabel, fue dada comisión al reverendísimo e ilustrísimo señor don Pedro Ramírez de Alba, Monje Jerónimo, y quinto arzobispo que fue de Granada para la fábrica de esta iglesia en cuya portada fijo sus armas e insignias de su dignidad y león por la religión de San Jerónimo.

8º Produce esta villa de seis a siete mil fanegas de trigo y otras tantas de cebada, frutos únicos de su terreno.

9º En esta villa esta una de las Reales fabricas de salinas, que mantiene por Su Majestad católica, elaborando cada año de diez y seis a diez y siete mil fanegas de sal. Esta fuera del pueblo a la parte de allá del arroyo Jaque ya nombrado, con casa y vivienda para el administrador fiel, guarda anual, fabricante y el depósito de sal. Para la fábrica de ésta se recogen las aguas en el invierno de sus cuatro nacimientos, los dos a fuerza de noria o influjo de una caballería, los otros por efecto de bomba y mano de una persona racional.

10º y 11º Carece está villa de todo lo relacionado con estos párrafo1

12º El gobierno político y económico de esta villa se compone de un gobernador, un alcalde, un regidor y dos diputados.

13º Las enfermedades que comúnmente se padecen son tercianas perniciosas y malignas, estas se curan por los físicos, según los tiempos y naturaleza del paciente. Han nacido en este año en esta villa y sus dos anejos sesenta y cinco y fallecido veinte seis.

14º Tiene un prodigioso baño templado cuyo nacimiento se contiene en él.

Su agua se compone de alcaparrosa y diferentes nitros muy medicinales para herpes y flema salada. Y con su remanente se riega la huerta ya referida.

15º Muriese en esta villa un corregidor de la ciudad de Granada que vino a tomar los expresados baños. Y en su sepultura fijada en piedra de alabastro se lee la siguiente inscripción.

Para memoria de la última posteridad Aquí yace Aguardando la resurrección de los justos El muy ilustre señor El señor don Manuel Diego Escobedo, Caballero de la orden de Santiago, Corregidor, intendente y superintendente general de todas las Rentas reales y millones de la ciudad de Granada

Nació en Santander y Murió en esta villa de la Malá a 20 de Julio de 1764.

Ampliación de datos sobre La Malaha.-

Como dato curioso por lo extraño de su contenido y a las mismas preguntas que le realizaron al cura de Cullar, respecto de Hijar, trascribimos las respuestas del Cura de la Malaha a este mismo cuestionario y que complementa lo recogido en Paseos por la Malaha.

1 (se referían el punto 10º, a si había ferias y mercados y el 11º a sí existían estudios generales o particulares)

Los silingos ocuparon hasta el año 419 los territorios al oeste de Granada.

La Malaha en época Goda se llamo Mizarza, que en esta lengua parece significar alivio de dolientes, como se le conoce desde este tiempo en el manuscrito de la Iglesia antes citado, hasta el reinado de los árabes.

Ocupado por los reyes católicos Granada, la Malaha paso a su poder excepto la salina, la cual con arreglo a los trataos de la entrega de Granada y las condiciones de la alianza con el príncipe Abdilehi, (El Zagal) pertenecía casi toda esta a este príncipe y al rey Boabdil. El primero, poseía la cuarta parte de ella que le fue concedida entre otros bienes por los reyes de castilla, la cual más adelante cedió a su primo Cid Hiaya, quien después tomo por medio del bautismo el nombre de D. Pedro de Granada y Venegas, origen de los marqueses de Campotejas. A Boabdil le correspondía la mitad de la referida salina por dotación de los Reyes Católicos, que volvería esta mitad a ellos cuando estos compraron en 1493 los bienes del depuesto rey, dándole en pago nueve millones de maravedíes, antes que se embarcase para África. Esto mismo debió suceder con la cuarta parte del Zagal, cuando este enajeno sus propiedades, o en el tiempo que la poseyera D. Pedro de Granada su cuñado, ya que poco mas adelante la corona disponía de toda la salina e hizo concesiones de alguna parte de ella.

El texto que a continuación presentamos es copia literal del Diccionario geográfico-estadístico de España y Portugal Escrito por Sebastián Miñano y Bedoya (1826)

“Mala (la) Villa de la Provincia de Granada. Nos ha remitido acerca de este pueblo las siguientes noticias el brigadier D. A. R. Z. V. Noticias tomadas en 1824 sobre el terreno, pueblo de 95 vecinos en el reino y arzobispado de Granada. Se escribe La Mala según algunos, y según otros se llamó Miarza (que suponen quiere decir en gótico alivió de dolientes). Dista de Granada 2 leguas de Santa Fe, legua y media de Chimeneas 2 cortas, de las ventas de Huelma 1 corta, 1 corta también de Escuzar, 2 del Padul y 1 de Alcudia y una de Alhendin. Se halla en el camino recto y frecuentado de Granada a Malaca, el cual si bien es carretero por esta parte, no lo es más adelante hacía Alhama. El camino recto de Granada pasa por Gabia la Grande, distante 1 legua, pero no es actualmente carretero: para venir con carruajes es preciso dirigirse por Gabia la chica y rodear el cerro llamado Monte vive ó mejor por Alhendin. Así como el gran Valle del Genil está cerrado en todas direcciones, menos por la abertura de Loja al O. de Granada, así también la parte que se llama propiamente Vega, está cerrada por un estribo que destacándose de Siena Nevada entre Veleta y el Caballo con el nombre de Sierra del Padul, va bajando y degradándose hasta desvanecerse en la orilla izquierda del Genil junto á Santa Fe. En este estribo ó serie de colinas se halla el paso llamado del Suspiro del moro, entre Alhendin y el Padul, que es la comunicación principal de Granada con el valle del Lecrin, las Alpujarras y la costa del Mediterráneo: en él se encuentra el Monte vive entre Alhendin y Gabia y él separa la Gabia grande de la Mala. Este estribo determina la línea que visiblemente distingue el aspecto del país formando un verdadero contraste, pues desde él hacia Granada se deslinda su frondosa vega y por la parte opuesta se dilata el territorio llamado del Temple, seco, desnudo de árboles y despoblado. Así es que el horizonte de la Mala es tristísimo, pues la indicada situación que la priva de las vistas de la Vega, se añade su asiento en el centro de un pequeño valle que corre de S. á N. rodeando su mezquino caserío el barranco que recoge las aguas de aquel y otros dos menores, uno contiguo al N. y otro más distante al S. El terreno es calizo, feraz cuando llueve, escaso en tiempo de sequía solo se riega un corto espacio que llaman la Vega con las aguas de los baños inmediatos, las cuales también sirven para una huerta contigua á ellos, formada por capricho en terreno muy pendiente y pedregoso. No hay mas ocupación que la labranza: la iglesia es decente y capaz; tiene un cura que lo es de Escuzar y Chimeneas, sus anejos. No hay medico ni botica, ni leña, ni agua potable, pues las tres ó cuatro fuentes inmediatas están tan cargadas de sales, que no es dable usarlas de continuo: hay un algibe, según apuntes de un cura curioso que cita a López Madera de monumento ilipulitano, resulta que este pueblo debió su origen a su fuente medicinal, descubierta por haberse curado en ella casualmente el hijo de un vecino de Gabia , que por su pobreza se vino a sembrar á favor de aquellas aguas, lo cual sucedió bajo la dominación de los cartagineses. Cuando los romanos conquistaron la España, parece que ocupo la Mala su general Niomes, el cual desembarcando cerca de Motril se apoderó antes de Alhama y de una fortaleza que había cerca de Escuzar llamada Vildres. Dícese que entonces tenia esta villa 3.013 vecinos cuya población subió a 5.000 después que se situó en ella Auspicio nieto de Niomes, y de haber sido declarada colonia.

Dueños los godos de España, se mantuvo la Mala por la religión católica sin admitir el arrianismo, por lo que se refugió en ella san Rogelio, después mártir y patrón de Íllora, mas la invasión de los sarracenos la redujo á 7 ú 8 vecinos. Cuando la restauración la donó el Rey don Fernando a Juan Álvarez de Toledo, teniente de arcabucero, con dependencia del marqués de Mondejar, quien cedió al monasterio de San Gerónimo de Granada, la salina inmediata a la villa. Muerto aquel sin sucesión, dejó La Mala al marqués de Alhendin de quien es hoy. Dicha salina es el segundo objeto importante de esta villa después de los baños. Está situado al otro lado del barranco que pasa por el centro del valle: la sal es buena y abundante; la Real Hacienda tiene en ella un establecimiento de laboreo y administración; Lejos de producir utilidad al pueblo esta producción de su suelo, le ocasiona perjuicios. Si en alguna ocasión los jornaleros hallan trabajo en las salidas, esto cede en perjuicio de los labradores por cuanto sube el precio de los jornales: tienen la obligación los vecinos de acudir con sus caballerías á sacar la sal cuando amenaza tormenta, y como esto sucede comúnmente en la época de la recolección de los granos, hay casos en que sufren grandes quebrantos: con pretexto de evitar la ocasión del robo se hace un reparto de sal a los naturales superior al de Gabia la Grande, a pesar de ser este pueblo es de cuádruple vecindario. Vengamos en fin a la fuente mineral que hace justamente célebre a la Mala. En la obra que ha dado a luz este año el médico Solsona, y que descubre la mayor parte de las aguas minerales del Reino de Granada, se encuentra también el análisis de estas. Son salinas templadas: contienen magnesia, sulfato de magnesia y sulfato calizo con un poco de gas sulfúrico: su temperatura es de 22 grados pues aunque en la poza donde se reúnen entra un manantial caliente de 26, hay en el suelo de ella dos ó tres fríos, de cuya mezcla resulta dicha temperatura, esta poza ó baño es único para hombres y mujeres; se baja a ella por muy malos escalones, y el agua tiene comúnmente 7 cuartas de altura. Está cubierto con una bóveda de ladrillo cuya obra dicen que es árabe. Antes hay un pequeño cuarto techado de juncos que sirve para vestirse y desnudarse; todo es incomodo y sucio. El baño dista del pueblo en la dirección N. un paseo regular, pero hay que subir y bajar dos cuestas para atravesar el barranco intermedio. Estas aguas son convenientes para los males que provienen de vicios en la sangre y entrañas; principalmente se aplican á males cutáneos y reumas: no es muy activas y por consiguiente no curan los muy rebeldes. Como se reúnen en el mismo parase que sirve para el baño, no se acostumbra a beberlas a pesar de las ventajas de este método: no lejos del baño aparece una fuente semejante y quizá igual al manantial caliente que pudiera servir para este fin.- La dirección N. S. del valle en que esta el pueblo , es causa de que se aflijan los vientos solanos, los cuales ocasionaban tercianas antes que se desaguase la laguna del Padul situada al S. del mismo y en el día modifican y acaso neutralizan el efecto de las aguas por lo que estas deberían tomarse en fines de junio y mitad de julio, pues á fines de éste principian ya á reinar dichos vientos. Al contemplar la naturaleza , abundancia y virtudes de estas aguas semejantes á las de Sacedon y Trillo la frecuencia con que en estos climas se padecen por efecto de su alta temperatura males de los que ellas curan y finalmente su inmediación á varios pueblos notables, y sobre todo á la populosa Granada, parece que exigían un buen establecimiento en este punto , que proporcionando á los enfermos la comodidad suficiente, dejase utilidad á quien lo emprendiese; pero lo cierto es que se han formado mil inútiles proyectos sin realizar ninguno cosa que admiraría á los que no conociesen los achaques funestos de nuestro país. En el día las casas son mezquinas y de incómoda estancia, y como no hay según ya indicamos, medico, botica, leña, agua potable , pan bueno, verdura ni fruta de ninguna especie, es costosa y penosa la temporada de baños”

EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA MALAHÁ según el plan General de Ordenación Urbana.-

Nos encontramos en una zona donde la presencia humana se remonta desde fechas muy tempranas, debido a su situación privilegiada, como importante vía de comunicación entre Granada y Málaga (entre las tierras del interior y de la costa).

Los habitantes de La Malahá en la época del Paleolítico estaban asentados en las zonas altas de Montevives, Atalaya y sierra de Escúzar. Su economía se basaba en la caza y en la recolección de frutas silvestres. Se han encontrado hachas pulimentadas, raspadores, piedras trabajadas y sílex en la zona de Casa Colorada, Gualejas y Los Chiniles.

Con el conocimiento del cultivo de la tierra y la cría de ganado, comienza en el Neolítico el asentamiento en poblados, organizándose jerárquicamente y especializándose en ciertas tareas. Se trabajan los metales y aparece la cerámica. En La Malahá se han encontrado moldes para hacer bronce y otros utensilios en la Atalaya, así como en la zona de Los Baños, Casas Nuevas y Pingürucho, que ofrecen un paralelismo con otros yacimientos de la comarca como son la Cueva del Agua y Sima Rica en Alhama de Granada.

En esta área geográfica la ocupación humana se prolonga durante la Edad del Cobre, con yacimientos como el del Manzanil o las poblaciones megalíticas del pantano de los Bermejales.

Existe una continuidad cronológica con la Cultura del Bronce y Preibérica representada en yacimientos como la Cuesta de los Chinos en Gabia, el Cerro de la Mora (Moraleda de Zafayona) y los Baños (La Malahá). Los vestigios identificados con un momento ibérico, encontrados en estos dos últimos yacimientos, nos hacen pensar que el hábitat debió de prolongarse hasta la Época Romana.

Los griegos colonizaron esta población bautizándola con el nombre de Malka, que quiere decir Valle Templado. Les siguieron los cartagineses, que gracias a las propiedades mineromedicinales de las aguas termales, dio lugar a un asentamiento en las inmediaciones de las aguas, formando una pequeña población cuyo nombre se ignora.

El ejército romano hizo su entrada por Motril, extendiéndose por todo El Temple, a las órdenes del capitán Niomes, que con 6.000 soldadosflecheros derrotó y expulsó a Asdrúbal y a su ejército.

Terminada la guerra de cartagineses y romanos, volvió a florecer La Malahá bajo el Gobierno de Niomes, que por esa época contaba con 3.000 vecinos.

Un nieto del capitán Niomes, ilustre caballero romano, viajó a España poco después de la ocupación de la república, para pasar unos días en compañía de su tío. Una vez instalado, decidió quedarse a vivir en La Malahá, y destinar su fortuna a fomentar la cultura y la agricultura en este pueblo, mandando construir más edificios e impulsando el cultivo de las tierras cuyos límites fueron ensanchando los colonos. Este hecho causó que La Malahá progresara y no se viera afectada por los 200 años de contiendas civiles, motivadas por la anarquía y atropellos cometidos por los ambiciosos jefes de otras provincias romanas.

Habiendo aumentado la población, el nieto de Niomes solicitó la venia del Senado para fundar una colonia en esta villa, la cual fue otorgada, nombrándose cuatro jueces para gobernarla y por presidente a un hijo del senador Eucropio.

Durante la romanización, la provincia de Granada pertenecía en un principio, por completo a la Hispania Ulterior, desde el año 27 a.C. se verá incluida dentro de la provincia Bética, y tras la muerte de Augusto se verá dividida en dos, las tierras orientales dependerán de la Tarraconense y las occidentales de la Bética.

En la Época Imperial debió de producirse un importante desarrollo demográfico, como lo prueba la presencia de ruinas de lo que entonces fue una importante villa enclavada en el paraje conocido como “Los Baños”.

Se trata de una de las grandes villas que durante el Imperio pueblan la Vega de Granada y sus alrededores, junto a la de Gabia, Moraleda de Zafayona, Villanueva de Mesías, etc.

Con el gobierno de Octavio Augusto, La Malahá siguió prosperando, hasta que con la muerte del gran Teodosio se produjo la decadencia del imperio, propiciando la entrada de las hordas bárbaras en España.

Suevos, vándalos, silingos, alanos y otras tribus salvajes de Asia y de Europa septentrional, hordas de cazadores y pastores, vinieron sembrando el terror y la desolación por todas partes.

Buscaban tierras más productivas y un clima más benigno. Hicieron su entrada en el año 408 y siguientes de nuestra era.

Dos años después hicieron las tribus el reparto de los territorios conquistados, tocando La Malahá a los Silingos, que la ocuparon hasta que en el año 419 fueron expulsados por los godos, aliados con los romanos, en una encarnizada guerra.

También los godos tuvieron emplazamiento en La Malahá y tras la reconversión de Recadero en el año 589 vivieron aquí algunos teólogos que participaron en el Concilio de Iliberis (Granada).

Una vez elevado a rey de España el jefe godo Eurico, rompiendo su alianza con los imperiales y creando un reino independiente, las cosas tomaron otro rumbo y la tranquilidad pudo recobrarse en toda la nueva monarquía. En esta época a La Malahá se le conoce con el nombre de Misarza que significa alivio de los dolientes.

La diversidad de creencias religiosas entre católicos y sectarios de Arrio, las ideas de terror que dominaron entre los españoles acerca de los árabes, a quienes consideraban como hordas de bárbaros, motivaron la emigración de innumerables familias, en aquellas regiones cuya poca seguridad o falta de recursos, les impedían hacer frente a los moros, quedándose la población de La Malahá reducida a tan solo ocho vecinos.

En el siglo VIII los musulmanes se asentaron en este lugar al que llamaron Malahá que significa Alquería de Sal. En el año 712, los sarracenos se apoderaron de todas nuestras provincias, estando La Malahá situada al paso de los pueblos cuya posición se disputaban con encono los ejércitos godos, y por consiguiente experimentó los efectos de sus desastrosas y repetidas correrías.

Tras la batalla de Guadalete, se adueñaron los moros de España, correspondiendo al caudillo Tariff apoderarse de todas las provincias de Andalucía. La entrada en Granada de los árabes se hizo de forma pacífica, ya que el capitán Tariff dio orden de que se tratara con tolerancia a los cristianos que esperaban inofensivos en sus hogares a los africanos.

Tras la invasión, los granadinos gozaron de tranquilidad con los gobiernos de Tariff y Abdelaxis, no obstante vivieron el terror a manos del gobernador El Horr. Más tarde con el gobierno de Ambiza volvió la paz.

Sucediéndole Abderrahman, que acabó de restablecer la paz.

A los pocos años, con la llegada a Andalucía de sirios, egipcios y otras tribus, se produjo una guerra civil que logró terminar el Emir Usan Ben Dirar, después de la cual, mandó repartir los terrenos, y dio nombres orientales a los pueblos y aldeas, instalándose en Granada y sus inmediaciones muchas familias de Damasco. Es probable que en esta época se le diera a esta villa el nombre Al-Mallaba (año 744), que significa La Salina.

En el año 745 hubo una lucha de varios años entre los damasquinos de Granada y los sirios de Málaga, que concluyó Abderrahman II.

Los conflictos surgidos entre árabes y cristianos provocaron la emigración masiva de éstos. Tras esta guerra de ideas religiosas y otra de dinastías entre los partidos omeade y abadice, a finales del siglo X, volvió la paz, impulsándose las ciencias, el comercio y la agricultura. Teniendo gran importancia las salinas de esta villa. Construyéndose en esta época una fortaleza.

El siglo XII es la época de la fortificación hispano-musulmana, las fortalezas nazaritas se levantaron para defender las fronteras y proteger zonas vitales de un reino poco poblado. La zona norte y oeste constituía un frente fortificado con grandes castillos perfectamente emplazados, como los de Huéscar, Castril, Montefrío, Loja y Alhama.

Durante el reinado de Alhamar, se cree que La Malahá tuvo mayor número de vecinos, que se dedicaban a la elaboración de sal, cría de gusanos de seda y a la agricultura, siendo el término municipal mucho más extenso que en la actualidad.

En el siglo XIV Muhammad III levantó 5 torres de Alquerías en la Vega de Granada, entre ellas la de Dílar, Padul, La Malahá, etc. PULGAR en su libro “Crónicas de los Reyes Católicos” relata como fueron derribadas y quemadas unas 300 torres, cortijos y alquerías en la lucha por la Vega de Granada.

Durante el reino nazarí, la alquería de La Malahá vivió un período de cierto esplendor, tanto desde el punto de vista estratégico-militar como económico, al menos 400 personas se dedicaban a la industria de la seda, convertida en la base de su economía, junto con la explotación de las salinas.

El reino de los árabes en Granada, que contaba ya con 800 años, fue invadido por Fernando e Isabel, Reyes Católicos, que aprovecharon la decadencia de la corte del rey Boabdil para conseguir la victoria.

Algunos años antes de la entrega de Granada, los cristianos se habían extendido por sus inmediaciones talando campos y destruyendo casas, realizando pequeñas escaramuzas y combates con los moros de la vega. En al-Mallaha, se ocasionó bastantes daños, ya que los cristianos ansiaban la posición de la fábrica de sal, que abastecía a la ciudad y pueblos colindantes. Fueron derribadas 300 torres y alquerías en este término municipal.

El rey Femando y su ejército se ocupaban en las talas y demoliciones de los terrenos por los que iban pasando. Después de la toma del Castillo de Tajarja, el 24 de junio de 1.483, mandó trasladar el real a la ribera del río Cacín, y al día siguiente acampó en La Malahá, en el paraje que hoy día conocemos como Cerro del Rey, verificando la destrucción de dichos edificios.

En el año 1.484 el ejército de los Reyes Católicos se encaminó a Alhama, a ayudar al Conde de Tendilla para levantar el sitio que el rey de Granada Muley Albohaçen había impuesto a dicha plaza. Tras su liberación, las tropas se dispusieron a entrar en la vega tal y como relata Henríquez de Jorquera : “juebes dos días del mes de junio y con buena ordenanza, entró en la vega y las primeras batallas dieron en el lugar de Alhendín, talando la viña y olivares, panes y otras arboledas, abiendo camino la villa de La Malá, y destruidas sus salinas, puso el rey su aloxamiento por cima de la villa de Gavia, bien fortificada para desde allí hacer la tala a los lugares que estavan a la parte del mediodía”.

Aprovechando Gonzalo Fernández de Córdoba, que el castillo de Alhendín había sido entregado a los Reyes Católicos, se dirigió a La Malahá con algunos caballeros. Aben-Malehe, oída la demanda del Capitán cristiano y conociendo la pérdida de Alhendín, después de meditarlo, determinó hacer la entrega del pueblo y la fortaleza sin lucha.

Marchó Don Gonzalo a Íllora y posteriormente regresó al enterarse de que los moros de Granada tenían proyectado recobrar los castillos de Padul y Alhendín. Entre los caballeros que le acompañaban debemos nombrar a Don Sancho de Castilla que por su valentía se hizo ganador de la amistad y aprecio de Don Gonzalo.

Por su parte, Boabdil mandó al Zegrí, jefe de la tribu que lleva su mismo nombre, para que tomase La Malahá, ocurriendo de esta manera uno de los hechos de armas más interesantes de aquella época que fue recogido por el historiador y escritor Martínez de la Rosa en su novela histórica Doña Isabel de Solís.

Atacó el Zegrí el Castillo de La Malahá que estaba defendido por Don Gonzalo y sus hombres, y comenzaron una gran lucha, en el que no solo se trataba de la toma de La Malahá, que era un punto bastante importante por su situación estratégica y por sus salinas, sino que el Zegrí, si atrapaba vivo o muerto a una persona tan importante como Don Gonzalo, sería un gran triunfo militar, e incluso podría canjear al Gran Capitán por los hijos de Boabdil que estaban como rehenes de los Reyes Católicos.

Tras varios días de lucha sin que flaquearan ninguno de los dos bandos, mandó decir Don Gonzalo al Zegrí que si tanto ansiaba su persona, no debían de seguir causando muerte y destrucción a sus hombres, y lo retó a la lucha en el campo a la hora y con las armas que el Zegrí escogiese. A la mañana siguiente acudieron ambos al encuentro con algunos jinetes  e su confianza.

Dejaron cada uno a los suyos a muy corta distancia, se acercaron, se saludaron cortésmente y alejándose luego a media rienda, sobre caballo, sosteniendo escudo y lanza, comenzaron la lucha.

Después de una larga lucha en la que los dos guerreros utilizaron todos sus conocimientos, agilidad y destreza en la batalla, Don Gonzalo, tras alejarse y atacar de súbito arrojando su lanza al Zegrí, quedó ésta clavada en el pecho del caballo, cayendo al suelo y comenzando ambos la lucha en tierra con las espadas.

Tras largo rato de lucha, el Zegrí levantó su cimitarra sobre la cabeza del Gran Capitán, aprovechando éste para darle una estocada debajo del brazo, cayéndosele al suelo el alfanje, acudió a recogerlo con gran dolor, pero se le adelantó el mismo Gonzalo diciéndole “Toma, buen caballero, si es que no prefieres más bien estrechar esta mano…” contestándole el Zegrí, “por vencido me doy, y a gloria lo tengo” y cogiéndole la diestra se la llevó a los labios.

Ayudó Don Gonzalo a curar las heridas del Zegrí y se juraron amistad estrecha que conservaron fielmente por todo el resto de su vida. Libre ya La Malahá de enemigos, Don Gonzalo abandonó el pueblo y marchó en socorro del príncipe Abdilehi, (El Zagal) en quien el bando de Boabdil quería vengar furioso la alianza que hiciera con el monarca de Castilla.

Debido a que los príncipes Abdiheli y Cid Hiaya celebraron un pacto amistoso con el monarca de Castilla y a que la anarquía y el desorden se apoderaron de la Corte de Granada, el rey Boabdil resolvió hacer la entrega del reino.

El día 2 de Enero de 1.492, con la firma de los contratos de la Capitulación, Boabdil abandonó Granada. La Malahá pasó a poder de los Reyes Católicos, excepto La Salina, que por acuerdo de Las Capitulaciones, pasó a ser propiedad del Príncipe Abdilehi y del rey Boabdil.

Posteriormente pasaría a manos de los Reyes Católicos en el año 1.495, cuando éstos compraron los bienes de Boabdil.

Entre los años 1.485 y 1.498 repobladores castellanos y murcianos llegaron hasta estas tierras, la entrega de tierra se efectuó mediante compra directa, como merced real y por reparto de lugares abandonados.

En cuanto a la evolución de la población de este municipio, nos remontamos a la primera mitad del siglo XVII, cuando Henríquez de Jorquera en sus “Anales de Granada” hace referencia a una población de 100 vecinos en La Malahá.

En 1.752 según el Catastro del Marqués de la Ensenada la población de La Malahá era de 218 habitantes, 17 años después el censo de Aranda registra a 1.246 vecinos, ya que la parroquia de La Malahá incluye a Chimeneas, Escúzar y sus anejos. El censo de Floridablanca (1.787) registra a 289 habitantes y 39 años después, según el Diccionario Geográfico de Miñano, su población había aumentado en 159, alcanzando los 448 habitantes. Entre los años 1.860 y 1.900 los Censos de población del I.N.E. recogen un incremento de población estimada en 293 habitantes.

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